Susana Gisbert. / epda Todo empieza con un “Dame las claves”, que “es la confianza mal entendida cuando todas las personas tenemos derecho a disponer de un espacio personal y eso no es un signo de confianza sino al contrario”. Aclara que a jueces y fiscales no se les cuelan “mentiras como si fuéramos niños” porque todas las denuncias se comprueban y las falsas representan una parte insignificante. “Las hay en todos los ámbitos del Derecho Penal pero con el maltrato se quiere generar confusión intencionadamente”.
¿Qué es el maltrato?
Tiende a identificarse con la imagen fácil del ojo morado y casi es peor el psicológico con palabras que buscan anular a la mujer: “eres una inútil”, “no sirves para nada”… Y al final, acaba creyéndoselo.
¿Hay un patrón de mujer maltratada?
El único requisito para ser víctima de violencia de género es ser mujer. Yo he visto mujeres con una formación exquisita, otras sin ella, de todas las edades y de todas las clases sociales. Incluso cuando menos te imaginas que una mujer responde a un estereotipo, más difícil resulta sacarla. Siempre digo que existe maltrato oculto entre clases altas porque hay un componente de vergüenza añadido.
¿Cómo identifica una mujer que está siendo víctima de un maltrato?
Ese es el problema. Que muchas no lo detectan. Hay algunas que incluso lo justifican por creer que se lo merecen. El golpe hace reaccionar pero la anulación y el menosprecio, con frases como “ya te lo explico yo”, no se aprecia y cuando la cosa sube de grado, ya no tiene herramientas para salir adelante.
Decía el profesor Sanmartín que uno no asesina por un calentón sino que es consecuencia de humillaciones encadenadas previamente.
Estoy totalmente de acuerdo. Siempre digo que nadie se levanta de la cama diciendo que va a matar. Incluso en ocasiones el maltratador no es consciente de lo que está haciendo porque piensa que él es diferente y es capaz incluso de verlo en otro y creer que él no es como la otra persona. Normalmente el asesinato surge en el momento en que ella reacciona contra el maltrato. Y si se suicidan o se entregan es porque ven su vida sin sentido porque no tienen a nadie a quien someter.
Todos los hombres no son machistas. Todos los machistas no matan pero todos los asesinos son machistas. ¿Es así?
Totalmente de acuerdo. Todos los maltratadores son machistas. Creen que hay unos roles en que los hombres tienen un papel predominante. Hay cosas mucho más sutiles que nos siguen situando en esos cajones. Por ejemplo, las niñas no se ven como científicas y esto se va arrastrando. O el mando del televisor que en muchas casas lo tiene el hombre, que ve el fútbol en el salón mientras la mujer se va a la cocina a ver una película. O quién conduce el coche grande y quién el pequeño. Todo esto va haciendo que asumamos como propias cosas que no deben ser.
¿Cómo se soluciona?
Con educación en igualdad, que no es dar una asignatura sino que en los colegios y en las casas se haga hincapié: por ejemplo en los libros de Historia sólo hay un 10% de referentes femeninos y no siempre positivos.
¿Hay denuncias falsas?
No se puede negar que hay porque las hay en todos los ámbitos. Son muy pocas y se genera mucha confusión intencionadamente porque se hace creer que si hay una absolución es porque hay una denuncia falsa. Se recurre para invalidar lo que se hace en violencia de género y es curioso que es el único ámbito donde se hace cuando sucede por ejemplo en robos de móvil y a nadie se le ha ocurrido replantear el Código Civil o la legislación de seguros por esto. Y está probado que hay timos. Este argumento se emplea por un componente subjetivo importante porque al entorno de la persona a la que han condenado le es mucho más fácil asumir que es por una denuncia falsa antes que por un maltrato. Eso sólo sucede en este delito. Es más fácil esto tan humano de buscar culpa en vez de la solución.
¿Y cómo se comprueban?
El testimonio de una mujer es una prueba inicial. Tú vas y dices que te han robado la cartera y nadie lo pone en duda. Se comprueban muchas circunstancias. Es muy fácil detectar la veracidad. Nosotros hacemos una carrera de 5 años, una oposición de otros 3 años y una escuela judicial de 1 ó 2 años. ¿Nos van a colar una mentira como si fuéramos niños pequeños? Si tú cuentas que sufriste porque te tiraron un plato que era un regalo familiar y resulta que al final no hay plato o bien es uno actual, esa mentira anula gran parte de tu testimonio. Alguien que se está inventando un relato, cae en cuanto se le pregunta algo que no ha previsto. No es que una mujer dice algo y todo el mundo se la cree.
¿La mujer sale ganando si denuncia?
Sí. No denunciar no es nunca la solución porque no empieza el mecanismo. Hay veces que quizás haya que demorar la denuncia para preparar a la mujer si no hay un riesgo inminente. Denunciar es dar a tu vida la vuelta como un calcetín y no es fácil. No sólo tienen que denunciar las mujeres sino cualquiera que lo vea.
¿La sociedad mira para otro lado?
Sí. A veces a conciencia y a veces subconscientemente. En el juzgado te llamarán, tendrás que ir a declarar… y es una molestia. Existe la zona de confort: una mujer maltratada contaba que su padre le preguntaba si estaba bien y ella respondía que sí pero que si su padre hubiera averiguado más, habría hablado más. Es muy difícil asumir para un padre o una madre que a su hija la maltratan.
¿Se ha banalizado con que un hombre pasa la noche en un calabozo así como así?
Sí. La detención es una medida cautelar para cualquier delito, sea un robo o violencia de género. Cuando hay agresiones recíprocas, se detiene a los dos y en cada caso se valora siempre el riesgo. No se vulnera la presunción de inocencia porque no hay siquiera una imputación hasta que la persona no pasa a disposición judicial.
¿También se ha banalizado con la violencia familiar?
Sí. La violencia familiar se produce en el ámbito doméstico y tiene una raíz que son las relaciones familiares pero no el machismo. Si hablamos de una estafa y un robo son delitos contra el patrimonio pero al estafador no se le puede tratar igual que a un toxicómano que atraca por la calle. Aquí pasa lo mismo. ¿Quiere decir que uno sea menos reprochable que otro? No y se castigan igual.
¿La mujer está más desprotegida?
Claro y por eso se tuvo que legislar. Si anuláramos esta ley, volveríamos a la desprotección inicial.
¿Se está rejuveneciendo la violencia?
Sí. La verdad es que pensé que las nuevas generaciones que no habían vivido las situaciones de machismo institucional y legislativo cambiarían y nos hemos sorprendido al ver muchas víctimas o menores de edad o muy cercanas a la minoría.
¿Qué tipo de maltrato se da entre los adolescentes?
Todo empieza por la manera en que ellos se relacionan, a través del Whattsap y las redes sociales, que no por ello hay que demonizarlas. Pero las usan como herramienta de control. Es la confianza mal entendida de dame las claves cuando todas las personas tenemos derecho a disponer de un espacio personal y eso no es un signo de confianza sino al contrario. Los maltratadores encubren a alguien que no está seguro de sí mismo y necesita someter a otra persona.
¿La chica cede para sentirse aceptada?
Es parte del estereotipo machista. Es un rol que se transmite en la iconografía de las películas románticas o Disney.
No ha habido ninguna mujer candidata a la presidencia del Gobierno.
Una niña que esté viendo en televisión un debate con cuatro hombres interioriza que las mujeres quizás tengan problemas para serlo.
¿Por qué leerse el último libro?
Caratrista está destinado a los más jóvenes. Es muy chulo porque entretiene. Y afirmo que tiene unas ilustraciones muy chulas de Carolina Calvo. Es muy útil para que la gente joven vea reflejadas situaciones: que hay una manera diferente de explicar las cosas y que se puede salir. Y hay una especie de glosario explicando términos y qué hacer en una situación de dificultad.
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