La Marina pretende ser el gran polo de atracción./ EPDA Pese a que los distintos gobiernos -tanto autonómicos como locales- y de diferente color, no dan o no quieren dar con la tecla, València y su área metropolitana siguen avanzando imparables para convertirse en un verdadero , y real, hub de empresas tecnológicas. Las señales y los motivos para esta afirmación son muchos y variados.
Aunque ahora ya sabemos que, finalmente, Valencia no acogerá la edición de 2019 del Web Summit -uno de los mayores congresos del mundo dirigidos a startups y tecnología- sí que sabemos, que la candidatura que nuestra ciudad puso sobre la mesa contenía una propuesta a cinco años prorrogables a cinco más a razón de 17 millones de euros por año, entre el canon a desembolsar y las facilidades e infraestructuras necesarias para el desarrollo del evento.
Más allá del WEB SUMMIT
Desde luego, no son cifras menores. Más bien, son números que nos proporcionan una medida objetiva de lo que hay en juego, en un sector al alza con un desarrollo a medio y largo plazo espectacular, tanto a nivel económico como estratégico.
Sin embargo, el tren por innumerables razones, ha pasado de largo, como tantos otros, no descarrila las opciones de Valencia de seguir abriéndose un hueco por méritos propios. Que los tiene.
En la capital del Turia hay contabilizadas unas 500 startups, más de 30 fondos de inversión relacionados con startups y empresas tecnológicas, alrededor de 40 comunidades de conocimiento tecnológico y 60 espacios de coworking o trabajo colaborativo.
Además, el Startup Sesame, el mayor encuentro de organizadores de eventos tecnológicos de Europa, lleva dos años celebrándose en nuestra ciudad. Y eso está muy bien.
Algunos de los motivos por los que se elige a la ciudad, suenan a cliché, pero son ciertos. Un clima bondadoso, unos precios de la vivienda y un nivel de vida más que asequibles (aunque a los locales no nos lo parezca tanto), más unas infraestructuras de primera, y unas comunicaciones inmejorables con Madrid, correctas ( siendo optimistas) con Barcelona, y aceptables con Europa. Pero por encima de todo, talento. Mucho talento. Todo eso, unido a un espíritu local emprendedor, algo innato tradicionalmente en la sociedad valenciana, conforma una mezcla perfecta.
La marina y algo más
Además, en La Marina, se ha configurado un polo de atracción considerable por sus características, y por la implantación de Lanzadera o Insomnia y su Fintech de Bankia, y se lleva años intentando, con más o menos éxito, atraer a un equipo de Fórmula 1 o a Google y Microsoft.
Aunque lo cierto es que no todo se ha gestado al borde del mar. Desde distintos puntos de nuestra ciudad se han lanzado a conquistar el mundo con éxito startups como Comprea, Flamingueo, Zeleros (que trabaja construyendo el revolucionario Hyperloop), Singularu, Waynabox o MrJeff, entre otras muchas.
En palabras de la Secretaria Autonómica de Economía de la Generalitat, Blanca Marín, “Valencia está adquiriendo una importancia creciente en el mundo de la acogida de las startups. Se están instalando un 20% de todas las iniciativas en España solo por detrás de Madrid y Barcelona”.
Parece que sí, que ahora va en serio. Y eso que no hemos hablado ni una línea de la industria del videojuego, en la que Valencia es una auténtica referencia. ¿No se lo creen? Busquen, busquen...
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