Stephane Soriano Gómez
Stephane Soriano. Estamos llegando al final de una etapa demasiado convulsa en nuestro país donde todos los indicadores económicos hace prever que encaramos el futuro con cierta preocupación por el frenazo de la economía y sus consecuencias sin olvidar en clave interna el tema catalán y la locura independentista.
El próximo 28 de abril España se la juega. Vamos a tener que elegir entre Pedro Sánchez, los independentistas, los que apoyan a la banda terrorista ETA y a los que asesoran a Nicolás Maduro para seguir hundiendo en la miseria al pueblo venezolano o a quiénes una vez más, con Pablo Casado al frente, estamos preparados para sacar a España de la parodia nacional constante y del ninguneo internacional al que se ha llegado en poco más de nueve meses. Creo firmemente en el sentido común de las personas que habitan nuestros municipios y en su buen tino a la hora de elegir su destino.
Decía que nos la jugamos en España pero también nos la jugamos en la Comunidad Valenciana. Hemos vivido un parón de casi 4 años en Camp de Túria. Es cierto que de forma mucho más acentuada donde gobierna la gente Popular. Hemos visto como no nos garantizaban obras e inversiones que luego no llegaban, como le han negado a Pedralba la Variante que tanta falta le hace. Hemos visto como a Benaguasil se le negaba la CV-50, como nos prometían transporte público hasta el Hospital de Llíria y sigue sin llegar. Nos hemos encontrado con el sectarismo de Compromis y PSOE a la hora de firmar convenios con ayuntamientos dejando a un lado los gobiernos Populares y lo que es peor, 4 años sin tan siquiera recibirnos.
Ha sido una legislatura autonómica de despropósito en despropósito y nos faltaba el Centro de Menores que quieren implantar si o si en Llíria con la complicidad del equipo de gobierno de la localidad.
La Presidenta de Populares Comunidad Valenciana, Isabel Bonig lo ha dicho y ha estado en el terreno, si logra gobernar, nuestra comarca y sus localidades tendrán el trato que se merecen.
Confío plenamente en el sentido común que impera en la mayoría de las personas que miran por el bienestar de sus familias, que quieren una mejor educación y poder elegir libremente a que centro llevar a sus hijos. Confío en los valencianos que son contrarios a la imposición del catalán que le pese a quién le pese, no es nuestra lengua. Y confío plenamente que el próximo 28 de abril a las once de la noche, podremos respirar aliviados para empezar el 29 a construir lo que en cuatro años en nuestra Comunitat y en nueve meses en nuestro país, se han cargado los gobiernos del PSOE con la ayuda de Compromis y Podemos.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia