Teresa Garcia. EPDA Es oportuno hacer algunas reflexiones
respecto a la desalación, para no perder el horizonte del uso de
este tipo de infraestructuras, y para combatir la demagogia, el
populismo y el filibusterismo de los grandes responsables de la
situación que en estos momentos estamos viviendo en nuestra ciudad,
que no son otros que el Partido Popular, y sobre todo sus anteriores
responsables municipales.
El Partido Popular, especialista en
montar lio y hacer del consenso, escenario de enfrentamiento ha
intentado con el tema de la desalación obtener un rédito político
que no le corresponde. Utilizar la práctica administrativa
parlamentaria, para apropiarse un trabajo basado en el consenso, el
del Ayuntamiento de Sagunto, el de la Diputación de Castellón y el
del propio Parlamento valenciano, no le va a servir para tapar sus
vergüenzas, que las tiene y muchas. No tiene sentido que el anterior
alcalde popular y actual diputado se rasgue las vestiduras hablando
de despilfarro y de mala gestión cuando es el principal responsable,
del despilfarro y de la mala gestión ¿Esta el Partido Popular
lanzando cortinas de humo? ¿Limpiando conciencias de trabajo poco
riguroso? ¿O desviando la atención para confundir a la ciudadanía
en una situación que podría tener implicación en los tribunales
como es el caso ACUAMED?
Los convenios firmados con los
ayuntamientos para el desarrollo del Programa AGUA, sirvieron para
justificar la necesidad de recursos hídricos en desarrollos
urbanísticos injustificables, como el caso de Oropesa y Moncofa,
cuyo mayor responsable fue el Partido Popular de Carlos Fabra, el
abuelito, en aquella época donde se atrevía hasta hacer aeropuertos
con la excusa de estos desarrollos que nunca llegaron.
En cambio, en los casos en los que si
existía justificación, como era el caso de Sagunto, que para un
desarrollo industrial del orden de Parc Sagunt II, debía tener un
suministro de agua industrial fijo, que no dependiera de recursos
hídricos renovables, ni perjudicara los caudales que se utilizan en
el riego y el abastecimiento urbano, y cubriera la demanda del área
metropolitana de Valencia, en caso de necesidad, nos encontramos a un
Partido Popular que torpedeaba su desarrollo. Aún hoy, sigue
manteniendo que hay sacrificar el metro cúbico, el agua del
Palancia, del Turia, y nuestros recursos hídricos naturales, los
que mantienen nuestros cultivos y marjales, en la industria y no en
las personas, el medio agrícola y natural. Que continúen, ya
sabemos quiénes son los que retrasan el progreso en Sagunt y a
quienes la sostenibilidad y la calidad de vida en nuestro municipio
les importa más bien poco.
Pero no contentos con eso, asistimos a
la contradicción de unirse a la petición que los municipios
afectados no se hagan responsables de los costes asociados a la
desalación, cuando el PP es uno de los principales responsables de
estos costes. El Partido Popular y su dejadez en la gestión
municipal nos han llevado hasta aquí. A buenas horas mangas verdes.
Los y las saguntinas tenemos que saber que la administración
Castelló-Muniesa, se encontró con un convenio donde se valoraba la
inversión en la desalinizadora en 27 millones de euros. Que esta
inversión ascendió, en su periodo de gestión hasta los 46
millones, nunca 65 –a menos que el PP sepa de más facturas de las
que se tiene constancia- , y que a pesar de este incremento, no se
pidió la revisión del convenio, ni se encargó a la intervención
municipal que revisara los gastos como tenia potestad. Miraron hacia
otro lado, aplicado la táctica Mariano Rajoy de no hacer nada y que
se arregle solo.
De hecho es Compromís y el actual
equipo de gobierno, quien está trabajando en una solución sería y
de futuro que evite que el Ayuntamiento de Sagunt cargue con una losa
que no le corresponde. Igualmente que valoró y continua haciéndolo,
la posibilidad de que el ayuntamiento se persone como acusación en
el proceso judicial que afecta a ACUAMED, por unos sobrecostes
injustificados y ensombrecidos por investigaciones judiciales sobre
la presunta adjudicación fraudulenta de contratos públicos inflados
para obras hídricas y medioambientales hasta el 2014, coincidiendo
con gobiernos populares, en el ayuntamiento y en el Estado.
La herencia que
el PP dejó en Sagunto fué de ruina y dejadez: en Parc Sagunt, en
Menera, en el propio ayuntamiento, etc, que no se nos olvide cual fue
su legado para que no se vuelva a repetir.
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