La profesora de Derecho Civil de la UNED, Teresa San Segundo. EFE/Archivo La doctora en Derecho y profesora titular de Derecho Civil de la UNED, Teresa San Segundo, ha alertado este viernes en Vila-real de la creciente prevalencia de la violencia machista entre adolescentes y ha criticado el efecto que estereotipos como los colores marcan la vida de los niños, además de resaltar que el rosa ha sido "un color tradicionalmente de niños".
La docente, directora del Centro de Estudios de Género, ha inaugurado con estas reflexiones bajo el título "Relaciones Peligrosas", el ciclo de Conferencias Blancas de la UNED de Vila-real, y con ello el curso de la universidad, y ha invitado a los alumnos del Colegio La Consolación de Buriana y del IES Miralcamp de Vila-real a "pensar y reflexionar sobre cómo se llega a la violencia de género y por qué".
San Segundo ha señalado que en la adolescencia se transmiten unos patrones culturales de generación en generación que "van calando" como la cultura, los cuentos, los juguetes, los comentarios y el lenguaje, y ha resaltado que en los centros educativos "no se educa en igualdad".
Ha incidido en que actualmente, "con los vídeos, la televisión e internet", estos mensajes no igualitarios llegan mucho más a los jóvenes, porque "las nuevas tecnologías traen nuevas formas de control y facilitan controlar mucho más".
Las relaciones cambian, y además "ahora las chica están más desprevenidas por pensar que es ajeno a ellas y también porque se han educado en un país con una legislación que recoge la igualdad", y bajo este paradigma "surge una nueva forma de violencia" que no solo es física, sino sobre todo "a otros niveles, como el control y el sometimiento".
La igualdad, ha explicado, "hay que seguir luchando para mantenerla" porque "no estamos trabajando con los jóvenes en parámetros de igualdad, ni en los libros de texto, ni en las asignaturas".
En el ámbito educativo "no se nombra a científicas, se deja en los márgenes a las mujeres y son condenadas al travestismo físico (al tener que ir vestidas de hombres para ser consideradas) o intelectual (apareciendo con el nombre del marido o un hijo).
Además, ha hablado de la incidencia de los tópicos en todos los ámbitos como el de "la media naranja, la bella y la bestia o el príncipe azul" y sobre todo, en el mundo de los juguetes, en el que "se quiere que las niñas sean princesas" y desde pequeños "se va marcando la diferencia entre los colores azul y rosa".
Ha recordado que "el rosa era tradicionalmente de chicos, y se ha empezado a utilizar para las chicas hacia 1950" y ha asegurado que ahora "no hace falta preguntar en una juguetería cuál es la sección de niñas, porque al entrar hay una explosión de rosa".
Hasta el siglo XX la ropa de bebés "era blanca generalmente" y el rojo -ahora un rojo en su escala más suave como es el rosa- era color de poder y fuerza que vestían los emperadores o los cardenales, mientras que la Virgen María vestía de azul.
Ahora mismo, ha agregado, "si se utiliza el rosa en hombres es para hacer de menos", como "en la frontera de México, donde las autoridades norteamericanas ponen a los inmigrantes calzoncillos rosas".
Salvo en el Giro de Italia, ha asegurado, "el rosa nunca se asocia al triunfo ni a nada de importancia", incluso cuando surgió el partido UPyD de Rosa Díez, "ni se hablaba de partido rosa, sino magenta, con tal de no mencionar al color".
También se ha referido al mundo de Disney y ha explicado como Blancanieves, la de 1938, "tiene una figura más infantil, con escote recatado", pero "según avanzamos se va sexualizando a las princesas y los personajes femeninos".
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