Un perrito disfruta de la comida. / epda Ya sea por moda, o bien por una preocupación real, los propietarios de mascotas cada vez están más concienciados con su alimentación. En humanos la “real food” es una expresión que cada vez cobra más importancia en la nutrición, con “Pokés” o “Smoothies”. Y el mundo animal no se libra de estas tendencias: el BARF ha irrumpido fuertemente en España.
El BARF es el acrónimo de “BiologicallyAppropriate Raw Food” (ACBA en español, es decir, “Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados”). Este tipo de nutrición animal consiste en alimentar a los perros con comida cruda siguiendo su nutrición original como animales carnívoros.
Pero como todo, la dieta BARF tiene defensores y detractores. Algunas de las personas pro-BARF defienden su utilización basándose en la ascendencia del perro y su dieta evolutiva, ya que el perro y el lobo comparten un 99,8% de sus genes.
Aseguran, en este sentido, que imitar en la medida de lo posible las presas que los canes cazarían en la naturaleza es la mejor manera de nutrir a los perros para que su salud mejore y se incremente su vitalidad y energía.
Según la profesora de adiestramiento y educación canina, Amparo Fortea, “el perro asimila en más de un 80% los nutrientes que aporta el BARF”, además de ser muy apetecible para estos animales y totalmente natural, remarca.
Así pues, este tipo de alimentación incluye un 60% de carne fresca, un 15% de vegetales o verduras triturados, entre un 10% y un 15% de vísceras y órganos, un 5% de fruta (como naranja, manzana o plátano) y el porcentaje restante de complementos naturales (alfalfa, aceite de pescado, yogur natural, cúrcuma o pimienta, entre otros). Así lo asegura la veterinaria Amparo Valero, que destaca que esta dieta realizada correctamente “aporta un valor nutricional mayor que la mayoría de piensos comerciales, que están saturados de maíz y trigo”.
Otro de los argumentos que esgrimen las personas que defienden a capa y espada al BARF es que funciona bien en animales con problemas dérmicos y digestivos. “En animales sanos, podríamos decir que es lo más adecuado a su biología”, aclara la veterinaria.
Alimento adecuado
Al ser alimentos naturales, “notaremos la reducción del volumen y olor de las heces, lo que es señal de que su ciclo digestivo es correcto y que sus enzimas digestivas funcionan perfectamente”, señala. “En animales sanos, podríamos decir que el BARF es lo más adecuado a su biología”, añade la misma fuente.
Entre otras ventajas que remarca Valero se encuentran que se refuerza el sistema inmunitario, los dientes y encías permanecen sanos y mejora el pelaje y la dermis, además de reducirse el olor corporal del animal.
Fortea, por su parte, añade que es un alimento “equilibrado y completo, y si los porcentajes de alimentos están bien calculados es una nutrición muy beneficiosa para el animal”.
El veterinario José Prieto, que se declara “totalmente en contra de este tipo de alimentación”, se pregunta: “si es tan buena este tipo de dieta, ¿por qué no la tomamos las personas?”.
En este sentido, remarca el tema higiénico-sanitario, ya que, “por principio profesional, debo evitar dar a los animales un alimento que sea susceptible de ser contaminado rápidamente y, por tanto, producir enfermedad en nuestras mascotas”.
Para el veterinario “asociar alimentos crudos como carnes con salud es un error, porque puede traer consigo toxiinfecciones alimentarias”. Además, señala, “no todo el mundo está en situación de darle un buen filete de ternera a su perro o gato”, sino más bien “despojos de carne, que son más económicos”.
Amparo Fortea discrepa en este sentido, ya que según ella “no es excesivamente caro dar BARF a tu perro, cuesta lo mismo que un buen pienso, unos setenta euros por mes para un perro mediano o grande”.
Algo en lo que coinciden Valero y Prieto, como veterinarios, es en lo poco que preguntan los clientes sobre este tipo de alimentación. “Nadie me pregunta por esta cuestión, todos los clientes que tenemos dan piensos secos a sus mascotas”, apunta Prieto.
Valero, por su parte, señala que no es lo habitual que en la clínica veterinaria pregunten por la dieta BARF, y “ahí reside el peligro, ya que la gente no tiene formación en cuanto a composición y manejo de los alimentos”. “Son más fans de Google, del criador, o del vecino”, critica. José Prieto remarca, en este sentido, que la alimentación animal “ha mejorado muchísimo en los últimos años, y existen en el mercado multitud de opciones”. Tal y como explica, “evidentemente a mayor precio, mayor calidad del pienso, desde todos los puntos de vista”.
La veterinaria Amparo Valero se muestra escéptica ante la elección del pienso adecuado, ya que éste “puede ser un alimento completo si se busca uno cuya composición así lo asegure”, es decir, “que comience diciendo ‘pollo fresco’, ‘carne de hígado’, ‘batata’ o ‘guisante’ en lugar de ‘contiene cereales y subproductos animales’, por ejemplo”.
Aunque, según remarca, también es importante interpretar correctamente no sólo la fuente de carbohidratos o de proteína (como el porcentaje o de dónde proviene), sino también el tipo de antioxidantes que se utilizan.
Pero, aunque el pienso tenga una buena composición, en el BARF, añade Valero, “al evitar tratamientos térmicos, los alimentos aportan enzimas, vitaminas, probióticos y prebióticos”, que con el procesado de los piensos “se pueden llegar a perder”.
Proceso térmico
“El procesado térmico ya se tiene en cuenta a la hora de la fabricación del pienso”, esgrime Prieto, “y respecto al uso de aditivos como los conservantes o aromatizantes, no alteran para nada el valor biológico de este alimento ni su calidad, sino que lo potencian”, sentencia.
En este sentido, la falta de formación en cuanto al BARF puede tener graves consecuencias en la salud del animal, ya que si este tipo de dieta está mal balanceada, puede acarrear problemas de seguridad alimentaria. Por ello, Valero recomienda “congelar la comida varios días antes de consumirla, y tenerla en el frigorífico un máximo de dos días antes de dársela al animal, y nunca cocinarla”.
Como en cualquier tipo de nutrición, ya sea para animales o humanos, es importante elegir los porcentajes de alimentos adecuadamente para no desequilibrar la salud, añaden las mismas fuentes.
El arraigo del pienso como principal alimento de las mascotas está claro. Ahora bien, habrá que ver, dentro de varios años y cuando se publiquen estudios viables sobre el tema, si el BARF es sólo una moda o todo un descubrimiento.
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