Como periodista y vocal de Emprendedurismo de la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos (APPV) no puedo sino condenar y lamentar profundamente la liquidación de Ràdio Televisió Valenciana, Canal 9 y Ràdio 9. Comprenderán que desde este punto de vista no puedo apoyar, en primer lugar, la pérdida de 1.700 puestos de trabajos de compañeros, independientemente de que muchos de ellos entraran a trabajar con enchufe.
Discrepo prácticamente en todo lo que escribe más abajo mi apreciado y respetado alcalde de Rafelbunyol, Jaime García (en referencia a la edición impresa del 5 de diciembre). Para empezar, creo que el cierre de Canal 9 es un error histórico. Pero vayamos por partes, porque la historia de Canal 9 es la historia de cómo no se debe gestionar lo público.
En primer lugar, primero el PSPV-PSOE, pero especialmente el PP desde 1995, han ido engordando la televisión hasta reventarla. Con el dinero de todos se fue hinchando la plantilla, hasta lograr una deuda inasumible. ¿Alguien va a pagar por gestionar terriblemente mal el dinero de todos los valencianos?
En segundo, la audiencia. Canal 9 pasó de tener más de un 20% de cuota de pantalla a oscilar por el 4%, siendo la televisión pública autonómica con menos audiencia. ¿Por qué? Por la irrupción de los canales de la TDT y por el desafecto de muchos valencianos, que veían en Canal 9 un instrumento de manipulación en favor de quien gobierna.
¿Y cómo se debían haber hecho las cosas? Pues como si Canal 9 fuera privada, pero cumpliendo con su misión de servicio público. Es decir, haciendo programas en valenciano, fortaleciendo la industria audiovisual de nuestra tierra, y dejando de lado los gastos millonarios en invitados de Tómbola, Fórmula 1 (que ya la estaba emitiendo entonces laSexta), o series y películas taquilleras americanas que se emitían en castellano. Y naturalmente con una plantilla ajustada, que en cualquier caso creo que no debía sobrepasar los 600-700 empleados.
La manipulación y la deuda es responsabilidad de los políticos. Otra Canal 9 era posible. Pero optaron por el despilfarro y la manipulación. Otra Canal 9 es posible. Una televisión pública, en valenciano, plural y al servicio de los valencianos. Alberto Fabra ha cometido un error histórico que debe enmendar si no lo quiere pagar muy caro.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia