Leopoldo Bonías Velluters es un barrio
que tradicionalmente ha convivido
con la degradación y siempre se ha mostrado
solidario. Resignado durante muchos años a su sino ha empezado a
despertar en las dos últimas décadas. Para muchos, los anteriores equipos de
gobierno no han estado muy lúcidos a la hora de atajar el gran problema del
barrio; la prostitución.
La ordenanza creada “ad hoc” no tuvo el más mínimo éxito, si
bien el convertir la calle Guillem Sorolla como una vía de utilización casi
imprescindible para dirigirse en vehículo hacia la Avenida del Oeste ha servido
– con independencia de los daños colaterales traducidos en molestias para los
vecinos de dicha calle – para “oxigenar” el barrio.
La llegada del nuevo equipo de gobierno ha supuesto un cambio
radical. Se ha empezado a incidir en la esencia del problema que no es otro que
las actividades que dan cobertura a la prostitución callejera en la calle Viana
principalmente. Una actuación coordinada de varios servicios municipales está
dando sus frutos y aumentando la satisfacción vecinal. La percepción de los
vecinos de Velluters es que por fin algo está cambiando en el barrio.
Sin embargo, tras el anuncio de la instalación de un albergue
para personas sin recursos en el solar existente junto a la Iglesia del Pilar y
la apertura de un pasaje que conecte la calle Guillem de Castro con la Plaza
del Pilar, todas las expectativas generadas por el anuncio de la construcción
de un local socio cultural se han ido al traste.
El cambio de uso del local ha encendido todas las alarmas .
Están confusos por la situación que nadie les aclara y se muestran perplejos
que por un lado esté actuando con eficacia las Delegaciones de Actividades y Policía Local del
ayuntamiento buscando soluciones para
los que quieren vivir a la sombra del Micalet mientras por otra parte se adopten
decisiones que dificultan o impiden la consecución de los resultados previstos
que no es otro que desterrar la histórica situación de degradación del barrio.
Un
vecino me cuenta la situación vivida en la última Junta Municipal, que de ser
cierta es más propia de una película de García Berlanga. Me dice el vecino
asistente a la Junta que al llegar el turno de Ruegos y Preguntas, Trini ,la
representante de las Entidades Vecinales, comenzó a retirar las sillas dando
por terminada la reunión en una clara actitud de boicot a la participación
vecinal con el fin de impedir las preguntas de los vecinos emulando a Paquita
“la revientaplenaris”.
Una vez restablecido el orden al retomar la presidenta de la
Junta la dirección de la reunión, la tal Trini comenzó a interferir las
preguntas que hacían los vecinos al grito de “mentira”. Me dice que a duras
penas se pudieron realizar las preguntas y que ahora esperan respuestas. El
mejor caldo de cultivo para la difusión de rumores es , sin duda , la falta de
información. Ahora mismo hay confusión y perplejidad y eso no es bueno para
nadie, ni siquiera para la nueva “revientaplenaris de Ciutat Vella”
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