Cristian y Laia, tres días y 2.500 euros de diferencia

Dicen que los niños vienen siempre con un pan bajo el brazo. Sin embargo, y desde que el pasado día 1 los bebés dejaron de llegar al mundo sin el famoso cheque bebé ci­frado en 2.500 euros que el gobierno ha retirado para este nuevo año, esta frase podría ser más que cuestionable.

Y si no que se lo digan a Laura Heredia y Amparo Vi­cen, dos vecinas de Puerto de Sagunto que se quedaron em­barazadas el pasado mes de marzo. Las mismas han rela­tado a EPDA cómo la natura­leza quiso, en el caso de una que su bebé llegara a tiempo para recibir la ayuda, y en el caso de la otra, cómo lo per­dió por tan sólo unas horas.

Laura y Justo le vieron por fin la cara a Cristian el pasa­do 29 de diciembre. Con más de tres kilos y medio el peque­ño bebé nació en el Hospital de Sagunto un día después de lo esperado. Sin embargo, tres días antes del fatídico 31 de diciembre. 2.500 euros para los papis.

Amparo Vicen conoció a Laura en las clases de pre­paración al parto, y como cuentan a EPDA “el tema del cheque-bebé era muy comen­tado, ya que todas estábamos más o menos del mismo tiem­po. Está claro que lo más im­portante es la salud de los ni­ños, pero claro, perder 2.500 euros por tan sólo unos días o incluso horas, pues a todo el mundo le fastidia”, comenta Laura Heredia a EPDA.

Sin embargo, Amparo y David no tuvieron la misma suerte. Laia, cuyo parto es­taba previsto para el 29 de diciembre llegó al mundo el 1 de enero, a las diez de la ma­ñana. Amparo ha contado a EPDA que “mucha gente me había dicho que practicando relaciones sexuales, cami­nando y visitando la catedral de Valencia para darle vueltas a la Virgen y después comer­te un chocolate caliente, se adelantaban los partos. Y ni así. Me fui a Valencia pocos días antes, le di las vueltas a la Virgen y hasta me comí el chocolate con churros, pero no hubo manera”.

Lo cierto es que Amparo se puso de parto el 31 de diciem­bre a las nueve de la noche, pero hasta las diez de la ma­ñana Laia no vio la luz, por lo que por muy pocas horas, Amparo y David no podrán disfrutar de esta ayuda.

“Un bebé comporta mu­chos gastos, y ese dinero se acaba muy pronto. No te so­luciona la vida, pero hoy en día, cualquier ayuda es bue­na”, explican.

De hecho, esta ayuda fue el último empujón para muchas parejas cuya balanza de ser padres o no, no se acababa de inclinar del todo hacia el lado positivo. Laura, Justo, Ampa­ro y David no cambian a sus niños con o sin cheque-bebé.