Marisa Rodríguez Llega el final del año y con él la necesidad de hacer balances, tarea un tanto complicada en el panorama político, debido a la convulsión que ha producido la irrupción de” nuevos” partidos de ultra derecha con un discurso que nos es familiar y que huele a fascismo. Parece ser que necesitamos de salvadores de la patria en cuanto nos enfrentamos a algún tipo de crisis, si algo aprendí en historia es que es cíclica y se repite. Lo cierto es que ya sabemos a donde nos conducen estos lodos.
Los problemas que nos acucian, como el cambio climático, la escasez de recursos, la necesidad de políticas sociales más eficientes, la construcción de una sociedad más igualitaria, requieren de un cambio de paradigma que muchas personas no están dispuestas a afrontar. Es necesario un cambio en nuestra sociedad y una revisión de nuestra forma de vida.
El avaro neoliberalismo necesita revisar lo que nos ha traído y, como en el cuento de Dickens, el fantasma del pasado nos muestra como durante todo este año han salido a pasear por nuestras calles, el miedo al otro, la ira, la soberbia, el machismo, el dogmatismo y un falso patriotismo que nos recuerdan una época muy penosa de enfrentamientos y guerras. Ha estado latente, en la sombra, bien alimentado por los partidos de derechas que gobernaban, ahora se alimenta del desencanto por tanta corrupción y precariedad.
El fantasma del presente son las acciones que se realizan ahora para mejorar nuestro futuro y enmendar los errores del pasado. En nuestras comarca Podemos ha presentado muchas mociones en los ayuntamientos que tenemos representación, para revertir las privatizaciones, por un uso de energías limpias, sobre transparencia institucional, para demandar presupuestos más sociales, sobre memoria histórica y reconocimiento a las victimas represaliadas por el franquismo, sobre la inmatriculación de la iglesia en su municipio, en este tipo de propuestas, que no son populares, más bien son necesarias para nuestra salud democrática, hacen que los partidos de derechas y los de izquierda que apenas se han atrevido a rascar la superficie de estos temas se incomoden y se remuevan en sus sillones.
El fantasma del futuro nos muestra un país que ha aprobado” los presupuestos más sociales de la historia de la democracia”, con unas medidas similares a las concedidas por Macron sin necesidad de quemar nuestras calles y una sociedad en construcción, más tolerante, sin miedo y con una perenne necesidad de justicia social.
Felices Fiestas
Comparte la noticia