Rus Roca Al escuchar esta palabra a la mayoría quizá le venga a la
cabeza aquel deporte relacionado con los puños, un deporte que está tachado de
violento y masculino, pero en mi caso debo decir que ninguno de esos adjetivos
describe como veo yo el boxeo… Para mí se trata de un deporte noble y admirable, que me ha ayudado
mucho en varios aspectos de mi vida, y que a día de hoy se ha convertido en uno
de mis pilares fundamentales,
además de serlo también mi familia y mis amigo/as.
Me llamo Rus Roca, tengo 22 años y hace justo 3 años que
decidí probar a ponerme unos guantes por primera vez. A decir verdad siempre me
habían llamado la atención los deportes de contacto, pero no fue hasta una de
las muchas tardes de invierno que me decidí a apuntarme a un gimnasio de boxeo.
De eso fue hace 3 años y jamás pensé que acabaría enganchándome tanto, y mucho
menos hasta llegar al nivel de competir.
Mis inicios coincidieron con una época difícil para mí.
Estaba en mi segundo año de universidad, hacía poco tiempo que había comenzado a
vivir de forma independiente y, además, hay que sumarle
la separación familiar que tuve cuando mis familiares con los que convivía
tuvieron que emigrar a otro país por motivos laborales.
En resumen, de la noche
a la mañana me quedé prácticamente sola y entré en una temporada complicada
anímica y mentalmente para mí. Siempre intentaba estar ocupada con cualquier
cosa con tal de no estar demasiado tiempo en casa, aunque ninguna actividad me
mantenía alejada de la tristeza, hasta que empecé a entrenar boxeo.
A diferencia de lo que se suele creer, el boxeo no se trata
de un deporte en el que subes a “pegarte 4 tortas con tu rival”, sino que se
trata de un deporte en el que se requiere de mucho sacrificio, valor,
constancia y muchas horas de entrenamiento y disciplina tanto a nivel físico
como mental, sobretodo este último.
Quiero centrarme en hablar sobre la
importancia del entrenamiento mental que para muchos pasa desapercibido, pero
antes de pasar a profundizar sobre ello, me gustaría decir que aunque se diga que es un deporte
muy masculinizado no es para nada así. Quizá hace unos años sí que lo era, pero a día de hoy
puedo decir que cada vez hay más mujeres que se deciden a probar este deporte, e
incluso una parte de ellas acaba por competir. Y aunque todavía no somos tantas mujeres como me gustaría,
quiero creer que en un futuro próximo las veladas tengan el mismo número de
combates de categorías masculinas que femeninas en un mismo cartel.
En relación al entrenamiento, sí que es verdad que para
subir al ring has de
tener una buena condición física para afrontar la pelea, pero creo que gran
parte de lo que hagas ahí arriba va a depender de tu condición mental en el
momento de competir. No es lo mismo subir motivado que desmotivado, teniendo
confianza en ti o dudando sobre algún aspecto. Tu condición física va a ser la
misma pero estoy segura de que en función de tu estado mental harás una serie
de acciones u otras.
Muchas veces en este deporte nos enfrentamos a una gran
cantidad de obstáculos que en ocasiones nos hacen replantearnos dos veces si de
verdad vale la pena seguir luchando, ya sean frustraciones a la hora de
entrenar, lesiones, bajadas de peso, derrotas (in)justas, críticas, retiradas
del rival a última hora, suspensión de eventos para los que habías sacrificado
mucho.. y para todo ello has de estar preparado.
No es un deporte fácil y
realmente admiro a todo/as aquello/as que siguen en este camino a pesar de las
dificultades que se puedan ocasionar. Pero a pesar de todo ello, este deporte te enseña una serie de valores, como son
el compañerismo, la fortaleza y la superación (entre otros) que interiorizas y
van moldeándote como persona,
ayudándote a afrontar los problemas que te presenta la vida día a día.
No es un camino fácil pero todo lo que te aporta vale mil veces más que todo lo
que pierdes.
Así pues, gracias al boxeo fue como salí de ese agujero en
el que me encontraba. Me ayudó a volverme una mujer más fuerte, a cuidarme y
mejorar física e interiormente, a darme cuenta de que todo esfuerzo da sus
resultados tarde o temprano y de que nada es imposible, y sobre todo a tener
esa confianza en mí misma que antes no tenía.
Por todo aquello quiero agradecer a este deporte lo mucho
que me ha dado y que me sigue dando, y a todos aquellos que hacen posible que
este noble arte cada vez tenga más popularidad. Y, cómo no, animar a todas
aquellas personas que todavía no se han decidido a probar y que, como yo hasta
hace unos años, lo admirábamos desde la distancia con las ganas de algún día
poder armarse de valor y practicarlo.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia