Pie de foto Con
la entrada en vigor de la nueva Ley de Contratos del Sector Público,
el Ayuntamiento de Mislata ha empezado a incluir en las licitaciones
cláusulas medioambientales de especial ejecución que vincularían y
obligarían a la empresa a que el suministro eléctrico que aportase
proviniese, al menos el 50%, de energías renovables. De esta forma,
el Ayuntamiento, a través de estas medidas favorece a aquellas
empresas que tengan un compromiso real con el medio ambiente, puesto
que el consistorio quiere apostar por este tipo de energías de ahora
en adelante.
Por
otro lado, también ha introducido cláusulas medioambientales de
mejora del contrato, sin coste para el Ayuntamiento, que favorecerían
a aquellas empresas que aportasen un porcentaje adicional al
anteriormente mencionado. En este sentido, el alcalde, Carlos
Fernández Bielsa, se ha mostrado especialmente satisfecho con lo
conseguido en la última licitación del contrato de suministro
eléctrico.
Esta
inclusión de cláusulas medioambientales en los pliegos de
contratación, ha de sumarse a la inclusión de diferentes cláusulas
sociales que el Ayuntamiento ya comenzó a incluir a partir de 2015.
La primera de ellas fue la que favorecía, en las licitaciones de
obras, la contratación de personas en situación de desempleo por
parte de aquellas empresas que optasen a este tipo de contratos. Así,
se intenta que la ciudadanía que se encuentra en situación de
desempleo, especialmente en el sector obras, pueda optar a un trabajo
mediante las licitaciones.
En
la actualidad, todas las licitaciones de obras que realiza el
Ayuntamiento tienen incluida también esta cláusula, y en
prácticamente la totalidad de ellas se ha conseguido el compromiso
de la empresa licitadora a contratar a dicho personal desempleado.
Como indica Bielsa, “incluir este tipo de cláusulas favorece la
contratación de aquellas personas que peor lo han pasado durante los
años de crisis. Somos las instituciones las que debemos poner
facilidades en la contratación y favorecer de este modo la
disminución del paro”.
Y,
posteriormente, el consistorio también comenzó a introducir
cláusulas de género como criterios de desempate. De este modo, la
balanza se desequilibra en favor de aquellas empresas que presenten
el compromiso de tener un plan de igualdad de género dentro de la
empresa.
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