Enrique Palomares demostrando sus dotes artísticas a los alumnos de Caxton College. EPDA
El aula de música de
Secundaria fue el escenario elegido para que el violín del Concertino de la
Orquesta del Palau de Música sonase con precisión. Dos movimientos de Bach (Sarabanda
y Giga) hicieron las delicias de un público que apreció la belleza que asomaba
por cada nota interpretada con elegancia por el joven músico de Cullera. “Bach
fue el primer músico capaz de incluir la armonía en la melodía de un violín”,
les ilustró Palomares. Además de tocar estas piezas musicales, el violista
charló con los alumnos, respondió a todas sus preguntas, desveló curiosidades
y, sobre todo, les aportó valiosos consejos artísticos. ”Es la primera vez que
me enfrento a un público así. Nunca había estado en un colegio y estoy muy
satisfecho con la experiencia. Es obligación profesional acudir a este tipo de
encuentros educativos siempre que nos lo pidan y haya un objetivo divulgativo
detrás.”, aseguró el violinista valenciano.
Como respuesta a su
generosidad, los alumnos de música de Caxton College, organizaron junto a sus
profesores, una serie de actuaciones musicales realmente atractivas. El coro de
Primaria, dirigido por la profesora Mariette Van der Woude, intervino con una
conocida canción inglesa. A continuación seis alumnos, también de primer ciclo,
interpretaron al violín un fragmento de la novena sinfonía de Beethoven, con la
dificultad añadida de que una parte la tocaron con la técnica del pizzicato. “Es
increíble lo que acaban de hacer estos niños, advirtió Palomares. Enfrentarse a
esta pieza en público y con la solvencia que lo han hecho es muy complicado.
Enhorabuena a todos”. Por último, un grupo de diez alumnos de Secundaria
ofrecieron un mini concierto de percusión tocando las congas y causando
verdadera admiración por parte de los presentes. Palomares vitoreó a los
alumnos y dio la enhorabuena a al profesor Gerry Paci por el fantástico trabajo
realizado.
En el turno de preguntas, el
primer violín del Palau les dijo que “la música es un lenguaje para comunicar
por lo que hay que poner mucho énfasis para lograrlo”, Por eso, a la pregunta
de cuál es la pieza musical que más te ha gustado interpretar, respondiese que
“la que estoy tocando esta semana. Si quieres hacerlo bien tienes que entregarte
a fondo con cada interpretación, en cada momento”. Confesó que desde los cinco
años supo que quería ser músico. Un día acudió a una tienda próxima a su casa y
se compró un libro de música. Como no tenía dinero le dijo a la dependienta que
luego pasaría su madre a pagarlo. A partir de ahí, la flauta, luego el violín y
también el piano fueron elementos cotidianos en su vida. “Llegaba a tocar el
violín seis o siete horas diarias hasta que mi madre me lo terminaba
escondiendo. Reconozco que la música era
y sigue siendo una adicción para mí”.
Para terminar recomendó a los
chicos que fuesen tenaces. “Al principio el camino es duro. Yo recuerdo que mi
violín sonaba como si se estuviesen peleando varios gatos a la vez”, pero “si
tenéis un sueño, debéis perseguirlo, con fuerza, con pasión. Es muy importante
que toméis decisiones personales. Y no olvidéis nunca estudiar para vuestro
propio disfrute”.
Qué duda cabe que el Día
Internacional de la Música fue la excusa perfecta para que el arte en
mayúsculas entrase en Caxton College y dejase una huella musical imborrable en
todos los que tuvieron la oportunidad de conocer a Enrique Palomares, un joven
músico consagrado, generoso y agradecido por la experiencia compartida.
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