Volverás a creer en la Navidad
Y en esas que va y me topo con Happy!… Mi último
visionado de Netflix. De nuevo
vuelvo a las series americanas. En esta ocasión basada en un cómic
de mismo título. Y de nuevo un ex policía, que lo fue todo como tal, ante el
abismo de la caída en descrédito y la inevitable dupla de drogas y alcohol, además
de tonteos con el lado oscuro… Mafias chinas e italianas, policía corrupta y
como telón de fondo: un caso por resolver. Secuestro de niños y para colmo en
navidad.
Y ustedes dirán ¿qué hay de
nuevo, viejo? Pues eso, mezcla de realidad y animación, con personajes animados
que comparten escena. ¿Y eso es lo nuevo, me dirán? Pues tampoco. El recurso de
Happy! no será
nuevo, pero el resultado es brillante ¡ES FRESCOOO! es descojonante (¡Ups,
perdón), es desternillante, tiene un desparpajo brutal, una acción encadenada
que te engancha capítulo tras capítulo.
Y todo en Happy! tiene un
componente transgresor: diálogos cortantes, personajes que te atrapan ya sean
héroes (que no sale casi ninguno) o villanos y un guion de puzle en el que
todas las piezas combinan con el resto.
Y de fondo… la vida que
transcurre en las calles de un New York en plena navidad, mostrando sin pudor
el franco deterioro de nuestra sociedad, en la que los ‘buenos‘ han perdido el
espíritu mágico y los malos mantienen vivas las tradiciones, eso sí, muy a su
manera.
Y… ¿y otra vez ‘y’, dirán? Una
serie en la que el actor protagonista, Christopher
Meloni, el villano (Blue) y su
enérgica hermana, su esbirro más avezado (Smoothie), un Papá Noel muy nocivo y
el más crazy entre los locos (Sonny Shine), consiguen estar a un nivel al que
llegan pocos actores en su género.
Guiños a los 80 en colores y
vestuario, también se exhibe una influencia nada gratuita al mundo de la
televisión y una banda sonora en la que se alternan villancicos con hits de
toda la vida.
En definitiva, acción,
persecuciones, peleas, violencia, sangre… todo a un ritmo desenfrenado,
frenético, que te mantiene el corazón o por momentos en tensión, o en otros
acelerado, porque Happy es un drama criminal realizado con los mimbres con los
que se elaboran las comedias más ácidas.
Y al final, cuando ya creía que
es nuestra sociedad la que camina por el abismo y juega a autodestruirse, va y
Happy! nos ofrece una posibilidad de reconciliación con nosotros mismos. ¿No es
motivo suficiente para sentirse feliz?
Todo eso es Happy! un ex policía con una bufanda con mensaje y su amigo imaginario (un unicornio azul) en busca de la niña de sus sueños.
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