Juana Crespo. EPDA
Juana Crespo, en su despacho.
Integrante del núcleo que parió
la reproducción asistida en Valencia en los 90. Del 0% de éxito en los primeros
intentos en la Fe al 75% actual y a por el 100% antes de su jubilación. Desde
hace cuatro años, abandera el Equipo Juana Crespo que alumbra 700 bebés
anualmente. Reivindica trazar un plan reproductivo para cada mujer antes de
cumplir los 30 años. Porque advierte: “Hemos retrasado la maternidad sin
entender las consecuencias. Pensábamos que la fertilidad era algo que nos
acompañaba mientras teníamos reglas y eso es mentira”. Y añade: cuanto más
dolorosas sean las reglas, más problemáticos serán los embarazos naturales.
Defiende la maternidad subrogada
y la donación de óvulos: “Conviertes a una mujer de 40 años en una de 25. Es
más fácil adoptar un ovocito que un niño”.
Desmiente que la reproducción
asistida sea cara: “Nuestros laboratorios son la NASA porque nuestra
responsabilidad con los embriones es absoluta”.
Y desmonta dos mitos: ni el uso
de la píldora anticonceptiva empeora la fertilidad ni la reproducción asistida
dispara las posibilidades de desarrollar un cáncer de mama.
¿La edad es el factor que más influye en la infertilidad?
A medida que cumplimos años, tenemos
menos relaciones y envejece el útero, que es uno de los órganos que más viejo
se hace funcionalmente. El útero es un músculo. Cuando tienes durante muchos
años la regla, no has dejado descansar nunca el músculo. Sobre todo en las
mujeres que tienen dolor de regla, el útero envejece mal. Nos han inculcado que
las molestias durante la menstruación son normales y que no tenían ninguna
relación con la esterilidad, cuando la relación es clara. Los ginecólogos
creíamos que el dolor de regla era algo mental. De hecho, cuando empecé a
trabajar en la Fe, en mi especialidad, éramos poquísimas mujeres y mis mentores
me enseñaron a mirar a las niñas que venían con molestias como unas exageradas.
Les decíamos: “¡Si total es el periodo!”. Hemos retrasado la maternidad sin
entender las consecuencias. Pensábamos que la fertilidad era algo que nos
acompañaba mientras teníamos reglas y eso es mentira.
¿A partir de qué años entramos en un momento crítico?
El patrón no es global y un
ginecólogo ha de entender qué mujer tiene delante. El útero empieza a funcionar
mal a partir de los 30 años en las mujeres que presentan muchas molestias y
comienzan los problemas para el embarazo. Desde los 35, las dificultades van en
aumento. Socialmente hemos de entender que el envejecimiento de nuestra fecundación
in vivo nos va a dar problemas, que vendrán derivados de la merma de calidad
ovular y de la falta de funcionalidad uterina y tubárica y conforme nos hacemos
mayores, además, la mitad de nuestras parejas tendrán dificultades también.
¿Qué soluciones hay?
La revisión ginecológica no tiene
nada que ver con la reproductiva. Es el reproductor el que debe visitarte para
ayudarte a definir tu futuro. Igual que con 18 años tenemos que elegir nuestra
carrera, antes de los 30 hay que trazar nuestro plan reproductivo con un
ginecólogo reproductor que no tiene que ver con el general. Entre los 30 y los
34 has de decidir qué va a ser de ti. Si no tienes proyecto de pareja a corto
plazo, se pueden vitrificar tus óvulos para preservar tus ovocitos. O adelantamos
la edad de procreación, y no va a ser así, oo la Medicina tendrá que coger el
testigo para ayudarte a tener hijos cuando decidas. Si tienes una hormona
antimuleriana baja de nacimiento o un ovario poliquístico… se han de poner
cartas en el asunto y no se hace. La mitad de los niños que nacen en centros de
reproducción lo son mediante donación ovocitaria. Yo estoy encantada de poder ayudar así a una
mujer pero lo que quiero es preservar tu fertilidad para que los hijos sean
biológicamente tuyos.
No vamos a tener apoyos para ser
madres a los 25 años, que es cuando toca por naturaleza así que hay que
preverlo. No podemos llegar a los 40 años con empanadas mentales, pensando en
preservar óvulos.
¿A los 40, las complicaciones se multiplican?
Sí porque hemos consumido todos
nuestros óvulos. La Medicina está respondiendo a esta realidad. Estamos
intentando mejorar los óvulos de estas mujeres a las que hemos engañado diciéndoles que podían estudiar, trabajar,
situarse, comprarse una casa y viajar antes de ser madres. Insisto: a los 30
años se ha de hacer un plan reproductivo. Hay que pelear para que se adopten
medidas políticas que fomenten la natalidad. Las mujeres trabajadoras somos un
bien preciado y, sin embargo, los empresarios piensan que somos una lacra
porque no hay apoyos. Los políticos tienen que hacer ver que una mujer
embarazada es un plus porque es un bien social.
¿El uso de la píldora anticonceptiva durante años empeora las opciones
de ser madre?
No pero nos ha permitido tener
hijos cuando queramos y eso es un gran riesgo porque a lo mejor cuando
decidamos se nos ha pasado el arroz. Es un buen mecanismo de elección pero se
ha de prever con anterioridad. La píldora es un paréntesis. Los años pasan y el
consumo de ovocitos mensualmente, tomes o no píldora, es constante. La píldora
no perjudica pero sí retrasa y eso dificulta.
¿Es más problema de la mujer o del hombre?
Para la fecundación natural,
50%-50%. Cuando llegamos a la asistida, la fecundidad masculina es muy lineal:
¿sirvo o no? Técnicamente es muy fácil hacer llegar el espermatozoide al óvulo.
Y, una vez más, la reproducción es femenina porque tenemos endometrio,
miometrio, ovarios, trompas… así que la asistida la pronostica la mujer. De
hecho, el semen de banco se usa prácticamente sólo para mujeres sin pareja y la
utilización de óvulos donados es altísima.
¿Qué porcentaje de éxito sin donación?
Depende de la edad. Globalmente,
en mujeres con menos de 35 años, estamos entre un 40 y un 50%, contabilizando
también la sanidad pública que invierte muy poco porque los recursos son
finitos. No quiero ponerme en la piel de un gerente que debe decidir qué
partida destina para tratar los cánceres o para una reproducción asistida. A
partir de los 40, la cosa se complica enormemente y estamos en un 25%.
¿Y con la cesión de óvulos?
Haces que una mujer de 40 años
tenga 25. Nada que ver.
Se plantea el dilema ético de la donación ovocitaria o la adopción.
Si la adopción fuera fácil, no
habría tanta donación pero no lo es. Es mucho más fácil adoptar un ovocito, con
las máximas garantías de salud, que un niño.
¿Por qué es tan cara la reproducción?
Hemos de garantizar que el semen
y los ovocitos que tenemos en el laboratorio no vayan a tener ningún problema
en la descendencia futura. Los laboratorios son la NASA y controlan el aire,
los químicos ambientales, los medios de cultivo, las cánulas con las que
tocamos los embriones, las pipetas, el microscopio, la luz… Es muy cara porque
es muy compleja. Hablamos de embriones, que son futuras personas. De las cuatro
células que tienes en el laboratorio pasas a un montón de órganos que han de
ser funcionales y cualquier alteración puede tener repercusiones devastadoras
en el futuro. Así que los materiales tienen unas garantías de salud extremas
porque nuestra responsabilidad con los embriones es absoluta.
¿Un niño in vitro es un niño normal?
¡Claro! Hemos tenido que
garantizar que todo lo que utilizamos alrededor del embrión no va a
perjudicarle. La investigación en reproducción es carísima por las garantías
que se aportan.
¿Se está mercantilizando?
Sí, comercializando y ¿sabes qué
pasa? Que es Medicina. Hay áreas que a mí me apena que se mercantilicen. La
reproducción es un derecho básico y no un lujo y tenemos que trabajar con
responsabilidad. La llegada de los fondos de inversión y de capital riesgo a nuestra
especialidad me hace temblar porque la buena Medicina es cara pero cuando sólo
pretendes el beneficio, nos pueden ver de una manera frívola. Ha de ser buena
Medicina, que será cara pero honesta. Si sólo se persigue que el fondo de
inversión gane dinero, entraremos en una vía interesada que no queremos. Los
fondos no nos deben decir lo que tenemos que hacer y, desde luego, yo no lo voy
a permitir.
¿Este proceso genera en la mujer altas dosis de frustración y ansiedad?
Lógicamente. Una mujer que siente
que ha nacido con el derecho a ser madre, no entiende por qué la sociedad se lo ha impedido y pierde confianza en su
vida. Crees que te han engañado diciéndote que primero has de estudiar y
situarte. A mis pacientes siempre intento contagiarles de valor y de esperanza
porque si al final las cosas las haces muy bien, siempre salen.
¿Por qué Valencia es tan potente en fertilidad?
Generamos un núcleo de médicos
soñadores en los años 90. Nos juntamos
un grupo de doctores con muchas ganas de hacer bien las cosas desde la
investigación y la docencia. Y Valencia, gracias a este grupo del que me siento
muy honrada de haber formado parte, es un referente porque fuimos muy potentes.
¿Y cuál ha sido la evolución en 40 años?
Mi especialidad ha necesitado
mucha imaginación. Siempre recuerdo que de los primeros 100 casos que hicimos
en la Fe, no embarazamos a nadie. Mi primer resultado fue un 0 y pasamos al 3%,
al 5%, al 10%, al 25%, al 35%… Hoy nos encontramos entre un 65 y un 75%. Ha
sido como una carrera por mejorar los resultados.
A mí me encantaría retirarme
habiendo empezando con un 0 y acabar con un 100%. El año pasado, en el equipo
Juana Crespo nacieron 700 niños.
¿Cómo nace el equipo Juana Crespo?
Empezamos hace cuatro años siete
personas que dejamos una estructura muy potente en el IVI y decidimos redirigir el camino. No
quería perder la Medicina como foco fundamental. Ahora somos 68 trabajadores.
Han sido cuatro años de formación e integración.
¿Sí o no a la maternidad
subrogada?
Soy de ayudar a las personas y
eso pasa por entender cuál es su problema. He tenido mujeres que se han quedado
sin útero por un cáncer o por un problema quirúrgico y se les ha arrebatado el
derecho innato a ser madres. Cuando mi hijo tenía 2 años, tuve que llevármelo
con una cuidadora al quirófano del IVI porque había una paciente con un
problema grave a la que debía atender personalmente. ¿Qué diferencia hay entre
que me lo cuiden dos días después o dos días antes? ¿Sabes lo que es haber
perdido tres veces a tus hijos a los cinco meses de embarazo porque tu útero no
lo aguanta? Y saber que tú profesionalmente no puedes hacer más. La maternidad
subrogada para mí es una posibilidad más de ayuda. Hay mujeres con embarazos
super fáciles. ¿Por qué no acudir a ellas? No veo que se las utilice como
vacas. Bien organizado y legislado, ¿por qué no? Yo trato a las donantes mejor
que a las pacientes porque gracias a ellas hay mujeres de más de 40 años
felices con sus bebés. Cuando una mujer tiene un problema médico para llevar un
embarazo, ¿por qué no?
¿Las mujeres sometidas a tratamientos de fertilidad tienen más riesgo de
desarrollar cánceres de mama?
No. Hay más relación con el
retraso de la maternidad y el hiperestrogenismo. La mama es un órgano hormono
dependiente y en el embarazo tenemos más progesterona que estrógenos. Un
tratamiento de reproducción sólo supone un mes de estrógenos. Ningún estudio ha
demostrado que darte incluso siete ciclos de fecundación in vitro sean
significativos. Habrá que pensar por qué diagnosticamos más cáncer de mama y es
posible que tenga que ver con nuestra visión de la reproducción.
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