La
Sección Tercera de Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a
dos años de prisión por un delito de desórdenes públicos a tres
jóvenes que obligaron a detenerse a un tren para pintar grafitis en
sus vagones y en la cabina del conductor.
La
Sala, que confirma la sentencia dictada en 2015 por un juzgado de lo
Penal, contempla la agravante de uso de disfraz y la atenuante de
dilaciones. Los condenados deberán abonar a Ferrocarrils de la
Generalitat Valenciana (FGV) 866 euros en concepto de responsabilidad
civil, una cantidad que corresponde a una parte de la limpieza de
los vagones.
Los
hechos sucedieron el 23 de septiembre de 2011, cuando los tres
jóvenes, acompañados de un menor ya juzgado y condenado por estos
hechos, y otras personas no identificadas, acudieron al punto
kilométrico 43 de la red ferroviaria de FGV que une Alicante con la
costa norte de la provincia.
Los
condenados, que llevaban el rostro cubierto durante toda la acción,
colocaron palés y elementos metálicos en ese punto de forma que el
tren que circulaba por esa vía procedente de Alicante se topó con
la barricada justo tras una curva y un cambio de rasante.
El
conductor tuvo que frenar bruscamente el convoy, que viajaba sin
pasajeros por haber finalizado ya el servicio, para evitar la
colisión. Los acusados aprovecharon esa parada de emergencia para
realizar grafitis con sus respectivas firmas en todos los vagones y
la cabina del conductor.
La
Audiencia de Alicante ha confirmado ahora la sentencia del juzgado de
lo Penal tras desestimar el recurso de apelación de uno de los tres
condenados, a quienes se atribuye la comisión de un delito de
desórdenes públicos en relación a un delito contra la seguridad
vial por haber generado un grave riesgo para la circulación.
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