La
violencia de género representa uno de los mayores problemas
estructurales a los que han de hacer frente las sociedades
contemporáneas. En este contexto, y por sexto año consecutivo, la
Fundación Adecco presenta el informe Un
empleo contra la Violencia,
próximo al 25 de noviembre, Día Internacional de la Violencia
contra la Mujer.
El
informe ha basado sus conclusiones en una encuesta a 500 mujeres
víctimas de la violencia de género, así como en un análisis de
los datos de denuncias por violencia de género ofrecidos por el
Consejo General del Poder Judicial.
Récord
de denuncias
En
2017, los juzgados españoles recibieron un total de 166.260
denuncias
por violencia de género,
un 13,6% de ellas en la Comunidad Valenciana (22.727) la cifra
más alta desde que el Consejo General del Poder Judicial contabiliza
los datos.
Concretamente,
el número de denuncias
se ha incrementado un 27,5% en la Comunidad Valenciana con respecto
al año pasado y un 17% desde 2012, hace un lustro. Entre las causas
que motivan este incremento destacan principalmente dos.
-
Creciente
conciencia social.
La consideración de violencia de género ha trascendido el ámbito
privado para convertirse en un problema social de primera magnitud.
Así, en los últimos años, los casos de violencia están contando
con una difusión mediática real y sacando a la luz la persistente
desigualdad entre hombres y mujeres. Esta creciente conciencia
social ha servido de base para articular, durante la última década,
instrumentos judiciales y asistenciales para hacer frente a la
violencia de género, así como de estímulo para que las víctimas
rompan su silencio.
-
Esperanzadores
datos de empleo.
Las cifras oficiales reflejan un comportamiento favorable del
mercado laboral que, tras la crisis económica, ha arrojado datos
esperanzadores en materia de empleo. Años atrás, el estallido de
la crisis y la consiguiente falta de expectativas profesionales,
mermaron la confianza de las mujeres -gran parte de ellas en
desempleo o trabajando sin contrato- a la hora de interponer la
denuncia, debido al temor a no poder salir adelante por sí mismas.
Tras años consecutivos de descensos, en 2014 y, coincidiendo con la
recuperación económica, se rompió esta tendencia y las denuncias
comenzaron paulatinamente a crecer. La reactivación económica
podría estar detrás de este incremento, al potenciar la confianza
de las mujeres en un empleo que les permita ser autónomas e
independientes.
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