La fiscal valenciana especializada en violencia de género Susana Gisbert. EFE/Archivo La fiscal especialista en violencia de género Susana Gisbert ha reclamado hoy que la trata de seres humanos con fines de explotación sexual sea considerada como violencia machista, ya que esto permitiría incrementar las herramientas legales para perseguirla.
Gisbert ha realizado estas afirmaciones en el transcurso de una conferencia ofrecida en la Facultad de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Politécnica de Valencia, en el marco de una jornada sobre "La trata de niños, niñas y adolescentes. La esclavitud del siglo XXI".
En su intervención, la fiscal ha advertido de los problemas a los que se enfrenta la Justicia para perseguir los delitos de trata de seres humanos, debido básicamente a la dificultad que entraña determinar a quién corresponde la competencia para ello, la reciente supresión de la jurisdicción universal o la dificultad de reunir pruebas y testimonios, puesto que las víctimas, en muchas ocasiones, se enfrentan a procesos de expulsión.
"Yo creo que la trata, en los casos mayoritarios, que son los de explotación sexual, es un delito que se comete contra las mujeres por el simple hecho de serlo, de modo que debería ser considerado violencia machista o de género", ha reclamado Gisbert, quien ha admitido que esta tesis no se contempla en el reciente pacto de Estado contra esta lacra social.
Por otra parte, ha llamado la atención sobre la falta de regulación internacional en esta materia, que dificulta la persecución de delitos de trata de seres humanos en el ámbito internacional e incluso en el de la Unión Europea, donde "ni siquiera tiene una clara aplicación práctica la orden de protección europea".
"Se trata de un fenómeno con muchas aristas", ha admitido la fiscal, en el que pueden llegar a intervenir muchas secciones del Ministerio Público, como Penal, Extranjería, Víctimas del Delito o Violencia sobre la Mujer, que "se enfrentan a circunstancias muy excepcionales, como la clandestinidad de las víctimas, que muchas veces no se reconocen como tales o que se niegan a colaborar porque se enfrentan a la posibilidad de ser expulsadas y regresar al lugar de donde huyeron".
Susana Gisbert ha sido precedida por el catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad Carlos III, Carlos Fernández Liesa, quien ha asegurado que la trata de seres humanos, según la ONU, es un negocio que mueve más de 50.000 millones de euros al año merced a la existencia de redes transnacionales.
"Se trata de un fenómeno sobre el que la desigualdad, la pobreza o los fenómenos migratorias actúan de catalizadores" y en el que "una de cada tres víctimas son niños", según un informe de Naciones Unidas de 2016 que este experto ha citado.
"A veces estas redes son invisibles, actúan en sectores como el textil, la pesca, la madera o el servicio doméstico, incluso en países occidentales", ha insistido Carlos Fernández, quien ha concluido que "superar esta lacra depende tanto de la intervención política o cultural como del Derecho".
Asimismo, ha coincidido con Susana Gisbert al afirmar que en ocasiones se considera a las víctimas de la trata como delincuentes y se ha mostrado crítico con el hecho de que quienes sufren estos delitos de trata de seres humanos no tengan derecho a la solicitud de asilo.
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