Tractor arrocero en l"Albufera. Fundación Assut El parque natural de l’Albufera de Valencia vive momentos de cambio, aunque los activistas ecologistas se muestran cautos y expectantes hasta ver que las promesas se convierten en hechos. La consellera de Agricultura, medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, presidió hace unos díasla última sesión de la Junta Rectora de este espacio natural y auguró una “etapa de cambio” a la par que aseguró: “queremos llegar a una gestión sostenible, inteligente y bien planificada de estos espacios”.
En la reunión se nombró el presidente de la Junta rectora, cargo que recayó en Víctor Navarro, fundador de Acció Ecologista Agró, que se puso a disposición de las 40 entidades y colectivos representados en la comisión para “canalizar los intereses y reivindicaciones que queráis plantear hacia las administraciones”.
Cebrián resaltó: “queremos llegar a una gestión sostenible, inteligente y bien planificada de estos espacios” para lo que, entre otras cosas, se reafirma la claridad técnica y profesional en la figura de director conservador. Actualmente ningún Parque Natural lo tiene. “Este trimestre se reconvertirán los puestos de trabajo eventuales en funcionarios ocupados por titulados. Es una fórmila transitoria para proveer de dirección a los parques y cuando los puestos lo permitan se convocarán las plazas mediante concurso oposición”, añadió.
Todavía se desconoce la inversión total prevista por la Generalitat en este espacio natural pero según la Memoria de Gestión de 2013, la partida para 2014 fue de poco más de un millón de euros.
La Junta es un órgano de participación formado por representantes de las consellerias de Territorio, Educación y Agricultura, de los ayuntamientos de los 13 municipios del Parque y organizaciones agrarias entre otros colectivos. Este año se ha incorporado Xúquer Viu. Cabe explicar que l’Albufera ocupa un espacio de 21.120 hectáreas que se reparten en trece municipios: Albal, Alfafar, Beniparrell, Catarroja,Massanassa, Sedaví, Silla, Sueca, Sollana, Albalat de la Ribera, Algemesí, Cullera y Valencia ciudad, esta última engloba las pequeñas pedanías de Castellar-Oliveral, el Palmar, el Perelló, el Perellonet, Pinedo y el Saler. Algunas de estas zonas son famosaspor la concentraciónde restaurantes a pie de playa donde se ofrece cocina Mediterránea de alta calidad y constituyen un reclamo turístico de gran importancia.
La agricultura y la pesca también se mantienen en l’Albufera de la mano de los habitantes de las pequeñas poblaciones que jalonan el parque natural. En este sentido, cabe señalar que uno de los principales objetivos en la gestión del Parque Natural es conseguir la compatibilización de estas actividades, además de la caza, con la conservación de la calidad ecológica. Se trata de actividades tradicionales que llevan desarrollandose siglos en este espacio. El Consell promueve la declaración BIC de las actividades tradicionales que se desarrollan en l’Albufera. Y sobre esto Elena Cebrián expuso que no solo “es posible combinar protección y desarrollo en torno a los espacios naturales sino que cabe hacer que la conservación rigurosa de los valores naturales aporte un valor añadido a los productos agro`pecuarios”.
Respecto a la pesca, la disminución en la calidad de las aguas del lago de l’Albufera, uno de los tres ecosistemas del Parque junto a la Marjal y la Devesa, ha provocado un reducción importante en la diversidad y en la población de especies explotables. La explotación pesquera se realiza por tres Comunidades de Pescadores: el Palmar, Catarroja y Silla.
En cuanto a la estructura cinegética de l’Albufera cabe señalar que la superficie de arrozal ocupada por cotos se eleva a 13.259 hectáreas, de las que 4.201 corresponden a los vedados. Hay que anadir que el número de cazadores en la zona supera las 6.500 escopetas. La problemática se centra, fundamentalmente, en la práctica fuera de temporada y en zonas vedadas por parte de furtivos.
El cultivo del arroz es la actividad mayoritaria en l’Albufera. Ocupa 14.100 hectáreas y supone un motor económico. El principal problema en este área es la quema de la paja del arroz sobrante tras la recolección. En la Memoria de Gestión de 2013 del Parque natural se indica que según el estudio encargado al Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), la quema de paja de arroz en l’Albufera podría suponer la emisión de 2.074.250,47 Kg de CO2. Por esta razón, desde 2015 parte de las ayudas europeas se destinaron a evitar esta quema si bien debido a la proliferación de una planta peligrosa para el cultivo se han seguido autorizando las quemas.
Otra de las actividades, más recientes comparada con als anteriores, pero que más aceptación tiene en cuanto a protección del territorio es el del turismo. “Vamos a trabajar para conseguir combinar la protección y la puesta en valor de todo el patrimonio natural, cultural e histórico que representan los Parques Naturales”, subrayó la consellera de MedioAmbiente.
Además de las rutas establecidas y los espacios visitables, l’Albufera tiene el Centro de Interpretación Racó de l’Olla, desde donde se llevan a cabo programas de información, divulgación, interpretación del patrimonio y educación ambiental, que comprenden líneas de trabajo dirigidas a los centros educativos, a la población local y al turismo. En este sentido cabe señalar que el Parque Natural no sólo alberga una avifauna de gran interés si no también un amplio patrimonio. Se conservan dos árboles significativos, 27 barracas, 14 caminos históricos, elementos singulares, embarcaderos, cinco ermitas, 22 hitos y mojones, 21 puentes y 26 yacimientos arqueológicos, entre otras. Fundación Assut
Fundación Assut
Sin embargo, pese a los intentos, el Parque Natural de l’Albufera está amenazado y sufre desde hace décadas un proceso de pérdida y degradación. Es por esto que la sociedad civil puede convertirse en una piza clave para la conservación y gestión del patrimonio natural y cultural. La Fundación Assut propone una plataforma de colaboración cuyo fin sea conservar el paisaje y su biodiversidad, compatibilizando los usos del medio de forma responsable y equilibrada. Lo hacen a través del estudio, la investigación y la divulgación de los valores del espacio natural, además de fomentar labores de voluntariado. Aunque no tienen representación en la Junta Rectora “en breve nos reuniremos con el nuevo Presidente para plantear nuestras iniciativas”, explican a este periódico. Esta entidad mantiene varios proyectos en marcha.
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