María José Catalá, candidata del PP a la alcaldía de València. FOTO EPDA La flamante candidata popular a la alcaldía de Valencia, María JoséCatalá, no podía imaginar cuando pisó el parvulario de Santa Teresa de Jesús en Torrent que dos frases míticas de la abulense iban a resultar definitivas en su carrera política. “La paciencia todo lo alcanza” y “Quiero mujeres barbudas que peleen”.
Aquellas aulas en las que entrócon 3 años y salió para ir a la universidad advirtieron una madera de líder que la convirtió en delegada de sus cursos y, con edad récord (26 años), en alcaldesa de su ciudad (90.000 habitantes).
Nosotros hemos hablado con la persona que mejor la conoce, su hermana Sonsoles, cinco años menor que ella, y con su infatigable compañero de fatigas, el periodista JoséManuel Esteve, para radiografiar la intimidad de quien puede recoger el testigo de Rita Barberá.
Con currículum potente: licenciatura en Derecho, Máster en Administración y Dirección de Empresas, doctorado en Derecho Público, acreditación internacional en consejos de administración y buen gobierno y un diploma de estudios avanzados en la Cardenal Herrera-CEU. Pero avalada por sus puntos fuertes:“Autocontrol, cercanía, diálogo y perfeccionismo”. No grita nunca.“No sube de tono y siempre mantiene la pausa y la tranquilidad”. Tampoco cuando les daba clases en su casa a su hermana y a sus primos pequeños. Aunque ya entonces, en una familia sin tradición política, se asomaba a la vida pública a través de los discursos del entonces presidente del gobierno, JoséMaría Aznar.
“El PP nunca había ganado nunca en Torrent, no había prácticamente presupuesto y decidió ir de casa en casa y de tienda en tienda a presentarse. Fue una campaña horizontal. Ella quería que se le conociera personalmente porque gana en transparencia. Fue como una revolución. Se ganó por la cercanía que transmitió”. Es la misma fórmula con la que aspira a conquistar el cap i casal. ¿La primera medida que tomó como alcaldesa de Torrent? Vender el coche oficial y trasladarse en uno de atestados de la Policía Local.
Formóparte del Consell más difícil de cuantos ha presidido su partido, el de salida. Con Alberto Fabra, fue consellera portavoz, sin socarrarse pese al vendaval judicial que sacudía en las ruedas de prensa de cada viernes, y de Educación, en plena primavera educativa. Desarrolló esa audacia que descubrióde niña jugando al ¿Quién es quién? y aprendió que“el diálogo es la base. Es muy difícil discutir con ella porque siempre tiene la razón”. Lo ha aprendido de sus dos referentes, Adolfo Suárez y Cameron.
Experta haciendo tortillas de patata. Muy fan de la tarta de tres chocolates. Le pirra poner la mesa sin dejarse un detalle. Y la Coca-Cola zero y los cafés con leche. Y ordenar la casa. Lo de dar los buenos días y las buenas noches en su grupo de Whattsap de familia es ya una tradición. Le pincha la plancha.
Líder como su madre pero paciente como su padre. Esa paciencia que todo lo alcanza de Santa Teresa y que acreditó en los días de espinas con la derrota de 2015.“Supo que había que verlo desde un prisma de oposición y desde que se le nombróportavoz adjunta, interiorizó que ya no era gobierno”. Para entonces ya sabía que Génova había preferido a Isabel Bonig como presidenta del partido, en sustitución de Fabra:“Lo asumiórápido y cesó tranquila”.
Te la puedes encontrar caminando por la playa de El Perelló, donde veranea desde pequeña, pero difícilmente con hamaca y sombrilla. Vestida de azul, amarillo o rojo y vaquero, mucho vaquero. Incluso chándal.
Fan de Bon Jovi y de Love of Lesbian. Pero también abonada a la música clásica, que descubrió con el oboe en la Unión Musical de Torrent. Muy vinculada a los Moros y Cristianos y con una mente que piensa en su lengua materna, el valenciano. ¿Un personaje que le haya encantado conocer? Malala.
¿Y un momento?“El día más intenso fue el que ganó las elecciones de 2007, porque marcó un antes y un después. Estábamos en la sede, se estaban empezando los recuentos y el presidente del partido, Vicente Soria, le dijo que se fuera a su casa para ir preparándose porque iba a ser la alcaldesa de Torrent. Hubo un silencio sepulcral. Aún no se conocían los resultados. Nos marcó mucho a todos”.
Ése es el pasado y aguarda el futuro que le auguran hasta sus adversarios políticos, como el actual alcalde de Torrent, Jesús Ros: “Es indudable que es un puntal y una cara de futuro. Es valiente y atrevida y ha hecho carrera porque no ha dicho que no a ninguna responsabilidad política que se le ha puesto por delante”. Tampoco a la posibilidad de sustituir a la que fue alcaldesa de España.¿Cómo? Con su trébol de la suerte:“Trabajar, persistir y esperar”.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia