Manuel Jarrín La historia de Casinos está ligada de forma intrínseca a la del dulce, las peladillas y los turrones. No hay lugar en que no se conozca -y se reconozca- su producto más típico y representativo. Su tradición artesanal se remonta al siglo XIX cuando Manuel Jarrín Pérez, natural de la Puebla de Trives (San Pedro de Junquera), provincia de Orense y obispado de Astorga, hijo de Francisco y de María llegó a Casinos. Jarrín tuvo que hacer el servicio militar por quinta y se fue a Madrid. Aún sin haber terminado el servicio consiguió ser Guardia Civil, siendo destinado al vecino pueblo de Alcublas y de este puesto lo trasladaron a Casinos, así fue cómo llegó a nuestro pueblo.
En Casinos conoció a su futura mujer, Carmen Murgui Rocher, hija de Jerónimo y María, con quien contrajo matrimonio el día 7 de marzo de 1881. Fruto de este matrimonio nacieron ocho hijos.
Manuel Jarrín tuvo que trasladarse junto a su familia a la localidad de Alpuente, por razones del servicio de la Guardia Civil. Allí, Manuel Jarrín aprendió la fórmula para elaborar las tradicionales peladillas, de manos de un señor mayor y sin descendencia que se dedicaba a fabricar y comercializar estos dulces. Manuel Jarrín fue el encargado de continuar con esta labor, y a la vez fue el heredero de todos los utensilios necesarios para la fabricación de las peladillas.
Los padres de Carmen Murgui, la esposa de Manuel Jarrín, una familia de las acomodadas del pueblo, deseando tener a la hija con ellos, insistieron hasta el punto de que el matrimonio se trasladase a vivir a Casinos, teniendo que renunciar al puesto de Guardia Civil para convertirse en fabricante de peladillas y turrones.
Así, en 1886 el matrimonio fija su residencia en Casinos, y fundan la primera industria peladillera y turronera de Casinos en la calle del Rosario número 1, en el centro del pueblo, que en aquella época era por donde discurría la carretera de paso obligado hacia los pueblos de la Serranía. Desde que llegó a Casinos, Manuel Jarrín Pérez fue juez de paz en nuestro pueblo, llegando a convertirse en juez vitalicio, dando su buen obrar y su buen aconsejar a la hora de cualquier momento de duda. Siendo una persona muy equilibrada y dispuesta siempre a trabajar por el bien de todos.
Años más tarde, se realizó el traslado de la fábrica a la carretera actual, donde algunos de los descendientes continuaron esta labor de fabricar artesanalmente peladillas y turrones en Casinos. Carmen Jarrín, estableció su fábrica, alrededor del año 1925, en una casa en el número 39 en la nueva carretera (hoy avenida de Valencia). Sucesivamente, y a partir de Carmen Jarrín, se fueron ubicando los nuevos establecimientos de los demás descendientes.
Manuel Jarrín falleció el 14 de octubre de 1927 a la edad de 80 años.
Maestros artesanos
La herencia de Manuel Jarrín Pérez ha llegado a nuestros días gracias a la constancia y el esfuerzo de una serie de familias, así como al respeto y el amor por las tradiciones y la propia historia de los ciudadanos y representantes de esta localidad del Camp de Túria. Así, a día de hoy, aún perviven en el municipio ocho maestros artesanos que continúan produciendo las tradicionales peladillas y turrones de Casinos: Peladillas y Turrones Casa Fina, Peladilles i Torrons Casinos, Peladillas y Turrones Chimo, Peladillas y Turrones Carmela, Peladillas y Turrones La Casinera, Peladillas y Turrones Navarro, Peladillas y Turrones Vidal y Peladillas y Turrones Apolonia.
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