Operarios con placas fotovoltaicas. EPDA El
proyecto ProSumE busca superar los retos a los que se enfrenta la ciudad de València a la hora de auto producir energía fotovoltaica. Si
se aprovechara la energía solar calculada por el IIE-UPV, se
evitarían cada año cerca de 257.000 toneladas de dióxido de
carbono, gas de efecto invernadero, cifra que supone la mitad de
emisiones de CO2 de todo el tráfico de València en un año. Según
los estudios hechos hasta el momento por el Instituto de Ingeniería
Energética (IIE) de la UPV, en la ciudad de València hay un total
de 9.218.943 de metros cuadrados de superficie (equivalente,
aproximadamente, a unos 1.800 campos de fútbol), sumando cubiertas
de edificios de viviendas y de edificios públicos. Esta superficie,
junto con el dato de que la radiación solar en València es, de
media, de 4,96 kilovatios hora por metro cuadrado, supone que en
nuestra ciudad se podrían generar cada año 901,20 gigavatios hora.
Por lo tanto, esta
energía generada por paneles fotovoltaicos podría suplir el 91,5%
del consumo doméstico de la ciudad de Valencia, teniendo en cuenta
los datos de la distribuidora relativos al consumo en viviendas en
2016. Si se añade el consumo de electricidad de comercios,
industrias y edificios públicos, la energía solar podría abastecer
hasta el 34,43% del consumo energético total de estas demandas.
Si se aprovechara toda
la energía solar calculada, según las conclusiones del trabajo del
IIE-UPV, se evitarían cada año cerca de 257.000 toneladas de
dióxido de carbono, gas de efecto invernadero. Esta cifra supone la
mitad de emisiones de CO2 de todo el tráfico de València en un año.
El IIE de la
Universitat Politècnica de València ha dado a conocer sus primeras
conclusiones como socio del ProSumE. Un proyecto en el que también
trabajan Las Naves, el Observatori de Canvi Climàtic, IUDESCOOP,
Avaesen y que es financiado por el EIT Climate KIC.
El equipo de trabajo
del IIE-UPV, en concreto, es el encargado de evaluar el potencial
general en la ciudad de València de la generación de energía, a
partir de energía solar; así como identificar las zonas de la
ciudad donde este potencial es más alto y, por tanto, la producción
de electricidad es más interesante para el prosumidor (persona o
grupo que produce la energía que consume).
Para lograr que las
viviendas pudieran autoabastecerse de energía del sol, sin embargo,
existen algunas barreras como son: a nivel técnico, conseguir
acumular la energía sobrante al generarse en las horas centrales del
día y poderla utilizar cuando más se consume (es decir, en las
horas finales del día). A nivel administrativo, el obstáculo
principal es el marco legal que no facilita la producción y consumo
compartido de energía fotovoltaica entre personas que vivan en un
mismo edificio, por ejemplo.
De ahí que, desde
ProSumE los distintos equipos de trabajo realicen un trabajo
coordinado para que podamos superar las barreras que, supuestamente,
existen para la autoproducción y consumo de energía solar en la
ciudad.
Los
resultados finales del estudio del IIE-UPV, así como los del resto
de equipos de trabajo del proyecto ProSumE, se presentarán durante
una jornada prevista para el 22 de octubre en el centro de innovación
Las Naves.
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