Roser Maestro. El
eje Cantábrico - Mediterráneo empieza a ver la luz al final del túnel. Durante
años, el Partido Popular ha permitido que la importancia que Valencia y Sagunto
suponen para el tráfico de mercancías no se pusiera en relieve. Ha sido,
precisamente esta indecisión, y vaivenes de la derecha de este país lo que ha
invitado a que Europa nos ninguneara hasta eliminar de sus proyectos estas
conexiones ferroviarias, tan necesarias, beneficiosas y con una clara apuesta
por el territorio, empresas y trabajo.
Actualmente,
la línea Sagunto-Teruel podíamos verla en algún video siendo adelantada por un
tractor. Y aunque pueda sonar cómico, la realidad es de poca broma. No nos
podemos permitir que la dejadez extrema de anteriores gobiernos, responsable de
que durante ese viaje puedas leer más de una novela, se perpetúe y aumente. Máxime
cuando una apuesta debida por el transporte ferroviario, su actualización y su
puesta en valor, mejoraría hasta los tiempos que invierten los transportes por
carretera, (menos de una hora a través de la Autovía Mudéjar). Esta situación
es insostenible.
Sin
embargo, es necesaria la comparación y la memoria, y por algún motivo, la
conexión cantábrica ha estado especialmente cuidada. Acumulando una inversión
que ridiculiza la que se ha dejado para nuestra zona.
No
obstante, hace pocos días la Comisión Europea ha dado el visto bueno a la
conexión del eje Cantábrico-Mediterráneo; y no sólo eso, ha aumentado la
inversión hasta el 50%. Decir que es una buena noticia se queda corto, porque
representa una viabilidad de futuro que va mucho más allá de lo que nos quieren
hacer creer. Representa el futuro de la industria, una industria que se ha
descapitalizado desde hace años, que se deslocaliza, que se menosprecia y ataca
como si pudiéramos sobrevivir sin ella. No nos engañemos, la industria produce
y sin producción, nos condenamos a muerte.
Representa
también el futuro del transporte, que, combinado con el marítimo, permitirá una
facilidad de traslado de mercancías equiparable a las buenas conexiones
europeas o del norte de España. Un “puerta a puerta” real y efectivo.
Faltaría
pues, la realidad de la inversión estatal. Falta que ese compromiso que el
señor Ávalos ha hecho frente a Europa y la ciudadanía se refleje en los
presupuestos. Aunque no será en la propuesta que Sánchez trató de hacer, y tampoco
a lo largo de este año. Quizá para 2021.
El
próximo Gobierno no puede ni debe dilatar esta inversión, los siguientes
presupuestos deben contemplar esta conexión. Un proyecto a largo plazo, pero
ejecutable en el menor tiempo posible. Declarando y reconociendo así, la
importancia de los puertos de Valencia y Sagunto, y de su tráfico de comercio.
Cada
día que pasa sin realizar esta inversión es un fracaso para todo el Estado,
ninguneo a País Valenciano (¡y a Teruel!), y el desprecio más absoluto de la
ciudadanía valenciana que sigue con infraestructuras de la edad de piedra. Sólo
queda esperar que no sea durante mucho tiempo, y que en 2021 todo esté en
marcha. Desde EUPV así lo vamos a exigir, con consignación presupuestaria, para
dignificar los territorios, la industria y el trabajo. Con el compromiso de
defenderlo a ultranza en todas las instituciones, desde los Ayuntamientos hasta
el Congreso. Y quizá se apueste así por recordar que Teruel existe, Valencia
existe, y la ciudadanía de estos territorios existimos. Apuesta impostergable,
desde Esquerra Unida, lo tenemos claro.
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