Ante la reducción de servicios que la sucursal de
Cajamar en Marines ha experimentado en los últimos meses, el consistorio
municipal ha presentado una reclamación y se ha reunido con el Director de Zona
de la entidad para asegurarse de que el banco ofrezca un servicio digno a sus
clientes. Tras dicha reunión, el Ayuntamiento ha conseguido obtener del banco
el compromiso de mantener en la oficina un cajero plenamente operativo, con
saldo disponible, y con nuevas funciones, como la actualización de cartillas o
el ingreso de efectivo.
En 2016, la sucursal redujo su horario de oficina
a tres días a la semana y volvió a reducirlo el pasado año a dos. Dicha
reducción ha supuesto un deterioro del servicio, con largas colas en la oficina
los únicos dos días que esta abre. Además del cierre de oficina, los clientes
se han encontrado en numerosas ocasiones un cajero inoperativo por falta de
efectivo. Todo esto sumado al hecho de que la oficina ha cerrado durante
agosto, el mes álgido del calendario municipal por las Fiestas Patronales y por
el aumento de habitantes durante la temporada estival, ha hecho que muchos
clientes se encuentren con un servicio insuficiente cuando acuden al banco.
El contrato por el cual Cajamar, como entidad
privada, alquila el local municipal en el que está instalada su sucursal de
Marines, obliga a la entidad financiera únicamente a dar el servicio de cajero
automático. Sin embargo, abrir o cerrar la oficina es una decisión del banco en
la cual el Ayuntamiento no puede intervenir. “El contrato, que fue firmado en
2003 por una duración de 20 años por el anterior equipo de Gobierno, no
estipula nada sobre el servicio de oficina”, explica la alcaldesa, Lola Celda.
El Consistorio, sin embargo, sí que puede intentar
mediar y “por eso durante estos años hemos estado reclamando el cambio de tipo
de cajero por uno que pueda cumplir con todas las necesidades de los vecinos”,
insiste la regidora.
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