Eusebio Monzó. EPDA Las grandes ciudades han visto en los últimos años como la oferta de los apartamentos turísticos aumentaba notablemente provocando, en algunos municipios y comunidades de vecinos, un problema de convivencia. Pero al mismo tiempo, y es necesario también ponerlo en valor, este tipo de alojamientos turísticos han tenido beneficios claros.
Por un lado, han posibilitado que muchas familias y personas con recursos limitados puedan viajar y conocer ciudades como Valencia, porque no cabe duda que han abaratado las estancias; y por otra parte, además de las empresas que explotan este modelo de negocio, también hay muchos pequeños propietarios que invirtieron sus ahorros en una segunda vivienda y que han visto en los apartamentos turísticos una oportunidad para sacar un rédito económico.
Tampoco podemos obviar que la expansión descontrolada de los apartamentos turísticos tiene el riesgo de distorsionar el mercado de viviendas de alquiler y de que los barrios históricos, donde más proliferan estos alojamientos, se vean afectados por las consecuencias de un crecimiento no regulado. Por ello, sigue siendo necesaria una normativa autonómica y municipal clara que garantice el desarrollo económico del sector turístico y que permita que estos alojamientos no alteren la convivencia de las comunidades de vecinos.
Para tratar de regular esta expansión de los apartamentos turísticos, les Corts aprobaron la Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad de la Comunitat Valenciana, que deja a los Ayuntamientos la responsabilidad de otorgar certificados de compatibilidad urbanística imprescindibles para su apertura. Una legislación que nace con carencias, ya que por ejemplo no define claramente el concepto de saturación turística, a lo que se suma que las iniciativas adoptadas a nivel local en Valencia no han servido tampoco como solución para regular este sector, que representa, algo que no podemos olvidar, el 50% de la oferta de la Comunitat Valenciana, así como 20.000 empleos directos e indirectos.
Es cierto que esta Ley capacita a los Ayuntamientos para regular la expansión descontrolada de los apartamentos mediante el filtro de la concesión de la compatibilidad urbanística, un requisito imprescindible para dar de alta un apartamento en el Registro de Turismo de la Comunitat Valenciana. Pero también es verdad que deja en el aire la situación de muchas viviendas que tenían un uso como apartamentos turísticos con anterioridad a que se aprobara esta normativa sin contar con la certificado de compatibilidad urbanística.
El turismo tiene un peso destacado en el PIB. En 2017 supuso el 14,9% de la actividad económica, con un impacto de más 170 millones de euros. Por ello, todas las administraciones públicas están obligadas a que la oferta de España mantenga el atractivo y calidad que la ha caracterizado en los últimos años, sin alterar la tranquilidad y seguridad de las ciudades.
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