Juan Serrano ha venido a hablar de su libro. FOTO EPDA ¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
Sobre todo para difundir los resultados de los trabajos de campo de la tesis doctoral. Se trata de un trabajo muy riguroso con datos muy importantes y tenÃamos la radiografÃa de la deontologÃa periodÃstica vista a través de las reclamaciones y quejas que presentan los propios afectados a la Comisión de Arbitraje, Queja y DeontologÃa de la FAPE. Y porque me interesaba mucho dar a conocer qué es y para qué sirve la Comisión. Se trata de un órgano de autocontrol creado por los propios periodistas y puesto al servicio de la sociedad, para que cualquier ciudadano que se vea afectado por el contenido de una información periodÃstica, pueda ejercer su derecho de queja ante un órgano autoregulardor sin necesidad de acudir a la justicia. Es, por tanto, muy importante.
¿Y cuáles son las principales conclusiones que ha logrado?
Hay datos muy importantes: pefil de quienes presentan las quejas, el por qué y sobre quién. Sobre los demandantes, los que más son los ciudadanos particulares y los segundos son los propios periodistas, que son autocrÃticos. Los motivos por los que se presentan las quejas están relacionados con información falsa, manipulada o engañosa; el desprestigio profesional o aquellas que contienen injurias o insultos.
¿Qué medios reciben más quejas?
La prensa en papel y la digital, la televisión y, por último, la radio. Es normal porque en la prensa en papel y digital hay contenidos más largos, mientras que la radio es más efÃmera. Sólo la mitad de las quejas que se presentan incumplen el código deontológico de la FAPE. La otra, o no lo incumple, o hay otro motivo para llegar a un acuerdo. Es un punto a favor del periodismo. Un cosa es lo que no gusta al ciudadano y otra que se infrinja el código deontológico.
En las conclusiones, ¿se aprecia una mejora o el periodismo de hoy es peor que el de hace unas décadas?
Según estudios y encuestas, el periodismo español está en los Ãndices más bajos en cuanto a prestigio. España tuvo una época dorada a finales de los 70 y toda la de los 80 y en los últimos años se ha detectado una desafección por parte de la opinión pública.
¿A qué cree que se debe?
Es un compendio de cosas. Una, el hecho de que la crisis también ha hecho mella en el mundo de los medios de comunicación. Se trabaja con nuevos recursos humanos, premura de tiempo... Todo esto hace que el periodista no contraste ni pase por los filtros deontológicos. Se ha descuidado bastante.
¿Es un libro sólo para periodistas?
No. Es un libro para el público en general. De hecho, está reescrito de mi tesis doctoral para hacerlo muy pedagógico y fácil de entender. El objetivo no es criticar, sino que viene a sumar y contribuir a la mejora del periodismo en España. Es importante que la gente sepa que la mejor regulación es la que se puede hacer el periodista a sà mismo. Es una forma de evitar que los gobiernos no regulen una actividad tan importante como la periodÃstica.
En su opinión, ¿se hace un buen periodismo en España?
Ni se hace tan mal periodismo como algunos dicen, ni estamos para echar cohetes. Podemos esconder la cabeza como el avestruz e ir bajando los niveles de calidad o hacer autocrÃtica y mejorar los déficits que la radiografÃa que nos ofrece este libro.
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