Héctor González De la playa de la Malvarrosa al bosque
mediterráneo del Jardín del
Túria; del secular edificio de la antigua
lonja a la vanguardista Ciudad
de las Artes y las Ciencias; de las pedanías
costeras y recreativas de El Saler y El
Perellonet a las rurales de Benifaraig y Borbotó;
del diminuto mercado de Mossen Sorell
al bullicioso del Cabanyal o al muy concurrido
Central. Valencia constituye una
amalgama de contrastes en la que viven alrededor
de 792.000 personas con domicilio
fijo más las decenas de miles que a diario
acuden para trabajar, para pasear, para disfrutar
de una escapada turística o por otros
incalculables motivos.
La ciudad destaca por su vitalidad, por
el tránsito de peatones constante por céntricas
barriadas como El Carmen o Ruzafa
y por el crecimiento de otras más periféricas
caso de Benicalap, Malilla, Orriols o
las englobadas bajo el epígrafe de poblados
marítimos. También, por la cantidad
de entidades sociales de todo tipo que florecen,
por la inquietud artística y cultural
y por la generosidad con la que Valencia
se embriaga de sus festejos.
Todo este nervio se plasma en implantados
medios de comunicación de ámbito
autonómico o provincial, sobre todo, que
destacan por una amplia extensión de sus
minutos o páginas dedicados a la ciudad.
No obstante, no existe una tradición de
medios puramente locales, que enarbolen
el topónimo de la ciudad en su propia
cabecera. Supongo que para no limitar su
expansión o para no incurrir en un centralismo
exclusivista.
En prensa escrita diaria, los últimos que
lo intentaron fueron Hoja de Valencia,
Diario de Valencia y Valéncia hui, aunque,
a pesar de su rotulación, ninguno tenía
una vocación exclusivamente municipal.
Al igual que ocurre con las principales
emisoras. Sí, la ciudad constituye su epicentro,
pero no su centro único de atención.
Desde ella irradian sus noticias hacia
el resto de municipios de la provincia
o autonomía.
El Periódico de Aquí, con su nueva edición
en Valencia ciudad, trata de revertir
esta tendencia, que también se reproduce
en la propia capital nacional, en Madrid, e
impulsar la información pura y solamente
local. Un medio de comunicación siempre
ejerce de eslabón en la sociedad, permite
que los habitantes de un lugar sepan de
progresos, curiosidades y novedades de
sus convecinos.
Como periodista me encanta que nazca
un periódico porque incrementa la oferta
informativa y supone una nueva ventana
para el ejercicio del periodismo. Como
vecino, también, pues me ayuda a conocer
mejor el entorno por el que me muevo.
Por tanto, larga vida y buen periodismo.
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