El equipo ganador de la IGEM de Boston celebrando el gran éxito en una gran competición de nivel internacional./ epda Hablamos con Roger Montfort Llorens, estudiante de ingeniería biomédica en la Universidad Politécnica de Valencia y líder del equipo IGEM-UPV 2018 que acaba de ganar la prestigiosa competición IGEM en Boston.
¿Roger, qué es exactamente IGEM?
Es una competición a nivel mundial donde compiten universidades de todo el mundo presentando un proyecto de verano dedicado a la biología sintética. La final se celebra a finales de octubre en Boston. La Universidad Politécnica de Valencia lleva presentándose desde 2014 y este año lo hemos hecho con un equipo multidisciplinar formado por 10 estudiantes donde hay diseñadores, ingenieros de varias ramas, biotecnólogos, informáticos, etc.
Y habéis ganado..
Sí, la verdad es que estamos muy contentos porque hemos ganado varios premios, incluyendo el más importante de todos, el Grand Prize. Algo que sin duda no es nada fácil, ya que se presentan más de 340 universidades incluyendo las más importantes del mundo, como el Imperial College, Oxford, Harvard o el MIT.
Cuéntenos en qué consiste el proyecto con el que han ganado
Hemos creado Printeria, una impresora de bacterias. Consiste en una máquina de un tamaño similar a una impresora doméstica capaz de añadir genes a bacterias para que hagan cosas que antes no hacían.
Póngame un ejemplo
Podemos hacer por ejemplo insulina. La insulina es un gen que la máquina es capaz de insertar dentro del ADN de una bacteria. De esta forma esa bacteria será capaz a partir de ese momento de generar insulina que podríamos utilizar.
Hablamos por tanto de modificación genética, algo que asusta a mucha gente…
Sí, es así, pero a esas personas les diría que no salieran de casa, ya que en el momento que nos da el sol estás sufriendo modificación genética, y encima aleatoria. Nosotros lo que hacemos es modificación genética pero muy controlada, por lo tanto no hay ningún tipo de peligro.
Supongo que habrán recibido ayudas para desarrollar el proyecto
Mire, se lo voy a contestar con una anécdota. Todos los finalistas tenían el final de la presentación una diapositiva donde agradecía a sus sponsors. Nosotros no teníamos esa diapositiva, y no precisamente porque se nos olvidara ponerla…
¿Nadie les ha ayudado?
Bueno, para no mentir sí que nos ayudó una fundación con 500 €, aunque aún no hemos recibido el dinero. Otros grupos presumían de haber obtenido ayudas de 30.000, 40.000 y hasta 60.000 € lo que pone de manifiesto las grandes diferencias que hay en cuanto a invertir en investigación en España frente a otros países. Nosotros hemos tenido que tirar adelante con el proyecto con el esfuerzo de nuestros padres y de los profesores. Todo lo han pagado ellos.
Eso es como ganar la Champions con un presupuesto de segunda división
Sí, aunque mirándolo por el lado positivo da más valor si cabe al premio.
Pero no deja de ser triste y una demostración más de que en España hay mucho talento, pero no se apoya lo suficiente.
Sí, es fundamental apoyar la investigación porque tenemos potencial para ser mucho más punteros. Nosotros tocamos muchas puertas pero no tuvimos apoyo de ninguna empresa ni privada ni pública, en cambio, tras ganar el premio sí que se ponen en contacto con nosotros, incluso alguno de los que nos dieron con la puerta en las narices. Es algo sobre lo que vale la pena reflexionar e intentar cambiar.
Una vez ganado el premio, ¿hay futuro para Printeria?
Sí, de hecho uno de los objetivos que tiene la UPV cuando monta UPV-IGEM es que el proyecto tenga un recorrido más allá de la competición. En nuestro caso queremos mejorar el diseño, buscar nuevas aplicaciones y llegado el caso poder comercializarla.
¿Se imagina en un futuro una máquina como Printeria en cada casa?
Claro, por qué no, al fin y al cabo lo que pretendemos es democratizar la biología sintética, hacerla accesible a todo el mundo.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia