Macron.
Jaime Ruix.
Estábamos acostumbrados a esa Europa donde la mayoría de los parlamentos de cada país
estaban formados por dos grandes partidos de cada bando político, pero la
desafección de los europeos (y especialmente la de los jóvenes) está latente en
las últimas elecciones estatales que vivimos alrededor del continente. El
último caso es nuestro vecina, Francia, donde en esta semana escuchábamos en
las noticias que las encuestas daban un empate entre cuatro candidatos al Elíseo: el socioliberal Emmanuel Macron (En Marche!), la ultraderechista Marine Le Pen (Frente Nacional), el izquierdista Jean-Luc Mélenchon (Francia Insumisa) y
por último al conservador François
Fillon (Los Republicanos). Dejando fuera al socialista, Benoît Hamon,
el cual compareció antes de conocer los resultados oficiales para declarar su
derrota y el apoyo del PS en la segunda vuelta al líder de ‘’En Marche!’’,
sumándose así a la crisis del socialismo en el mediterráneo de Europa, también
hay que destacar que Fillon ha reconocido su fracaso y ha pedido el voto
para Macron, es decir, ir todos contra el extremismo de Le Pen, aunque es de esperar que el sector más derechista de ‘’Los
Republicanos’’ vote por ella.
Una vez conocido el escrutinio final, Macron se alzó con la victoria pero
‘’luchará’’ contra Le Pen, para conseguir la presidencia francesa en los
comicios del próximo 7 de mayo, dejando las dos opciones en manos de los galos,
la del sentido común o la del extremismo.
La primera vuelta ha sido sorprendente, porque es
la primera vez en la que ninguno de los partidos tradicionales tienen opciones
de gobernar, y por ese motivo, ha quedado claro que las personas quieren un
cambio, que han dejado de lado las viejas políticas de izquierda y derecha,
optando por una opción de centro socioliberal con ideales europeístas, que
reúne lo mejor de cada casa, porque es un proyecto político con el objetivo de
reformar Francia sin dinamitarla, porque no solo ha ganado Francia sino el
socioliberalismo y el futuro de la Unión
Europea, que puede respirar más tranquila después de que se imponga el
candidato europeísta y así poder enfrentarse
a los extremismos que están surgiendo, y
al ‘’Brexit’’ con más
seguridad.
Para muchos jóvenes, las propuestas de Macron han
sido esperanzadoras, como por ejemplo, el
“bono cultural’’ para que puedan gastarse hasta 500 euros en cultura,
movilizando a la juventud y defendiendo la cultura, por eso con esta idea ha
sabido captar su atención, aunque algunos de ellos han optado por los
extremismos, tanto por Le Pen como por Mélenchon.
Un punto a
favor del candidato más joven a dirigir la República gala es que, entiende bien a todos los habitantes franceses, debido a que es
fruto del proceso de la evolución moderna del estado galo, además, la
diferencia de sus propuestas frente a las otras, es que no trata de imponer una
idea, sino de preocuparse por todas las personas por igual y devolver la
ilusión a un electorado descontento con la clase política, con un proyecto que
no es ni de izquierdas ni de derechas y que aporte soluciones reales a los
problemas del día a día.
Mientras tanto en Madrid, Ciudadanos había abierto su sede para todos los seguidores
del partido “En Marche!’’, porque
según Albert Rivera, el europeísta
Macron es su referente, pero nos debe quedar claro que C’s se alió en las
elecciones europeas de 2009 con Libertas,
un partido conservador de extrema derecha contrario al Tratado de Lisboa (donde
se reforma el funcionamiento de la UE que mira hacia el futuro).
Hace falta un proyecto de centro progresista,
socioliberal y europeísta porque en la actualidad no hay ninguno que lo
represente, por ese simple motivo estoy en “Contigo - Plataforma Cívica’’ , que
acabará construyéndose como partido político, porque ya es hora de hacer buena
política para las personas sin ningún extremo político.
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