Susana Bort posa para El Periódico de Aquí. FOTO VICENTE RUPÉREZ
Susana Bort en Boovier. FOTO VICENTE RUPÉREZ Con la maternidad Susana Bort descubrió su hueco empresarial: “Había sido mamá de dos nenes, el cuerpo me había cambiado, no tenía tiempo de ir al gimnasio y en Valencia no encontraba ropa para mí”. Con la búsqueda de patrones para mujeres reales nació Boovier, afincada en un edificio monográfico de la calle San Vicente donde se diseña, se hacen patrones, se cose a mano “y con mimo” y se vende ropa para mujeres delgadas, sí, pero sobre todo para las que tienen curvas. Prefieren ir elegantes antes que arriesgar. Les gustan las dos piezas o las faldas con bolsillos. Y quieren acceder al centro en sus coches: “Llegará un momento en que la gente venga a pasear al centro a ver edificios porque no quedarán negocios. Si lo ponen tan difícil, al final tendremos que irnos”. Recibe a El Periódico de Aquí en Boovier.
A las falleras mayores les aconseja dar la misma importancia a la ropa de particular que a la indumentaria y a Marina Civera, Fallera Mayor de Valencia 2019, “lucir más cuerpo”.
¿Sabes cómo vestiremos esta primavera? ¡Con mucho pastel!
Y la Fallera Mayor de Valencia de 2016 les encumbró.
Entonces estaba en un piso de la calle Moratín. A mí siempre me ha gustado el damasco valenciano adaptado a la ceremonia. Igual que los lunares van por todo el mundo, pensé: ¿por qué no ponemos de moda nuestra tela y la adaptamos? Compré telas de valenciana y Alicia Moreno eligió un diseño nuestro para el día de su llamada. Que la Fallera Mayor de Valencia vistiera una falda Boovier hizo que la tienda se me pusiera a tope. Pero como un damasco es difícil repetir, decidí abrir más campo con nuevas telas. Me trasladé a un comercio de 23 metros en la calle En Sanz y al final, pude centralizar todo en este edificio de la calle San Vicente.
¿Cómo es su estilo?
Ni sigo tendencias ni modas ni colores. Soy muy de Óscar de le Renta y Carolina Herrera pero me guío por mis clientas. Las mujeres estándar son las que concilian trabajo y casa y no tienen tiempo. Necesitan ir cómodas con patrones que sienten bien.
¿Cuál es el top de ventas?
Lo que más se vende son las dos piezas, que son más versátiles para combinar, y las faldas, que suelen llevar siempre bolsillos. Tenemos un patrón que llamamos quitakilos que te adelgaza hasta 3 kilos. Es más común que venga gente con curvas que delgada y para ellas diseñamos y fabricamos. Dependiendo de tu cuerpo, te buscamos un patrón que te favorezca y a partir de ahí ya podemos poner capas, tablas…
El éxito es probarte aunque no tengas intención de comprar. Suele pasar que gente que ha venido y no ha comprado vuelva porque la ropa sienta mejor.
¿Resulta ruinoso fabricar en España?
Si yo quisiera ganar dinero, tendría que hinchar más los precios porque es un proceso artesanal. ¿Por qué un espolín vale como mínimo 10.000 euros y una seda mecánica no? Porque uno está hecho a mano y otro, no. Nosotros trabajamos a mano con mucho mimo y esto requiere un tiempo. Mujer que lleva un Boovier la posiciona a un nivel social alto. Esto es así pero nos gusta que lagente que pueda ahorrar también venga aquí. No puedo prostituir mi marca porque levantar la persiana todos los días nos cuesta un gran esfuerzo. Nuestros precios más elevados son 400-500 euros. Fabricamos pocas unidades, máximo 10 para Alicante, Valencia y Castellón. En cualquier tienda multimarca cuesta lo mismo, con la diferencia de que yo bloqueo ese evento para que no haya dos mujeres vestidas igual y ofrezco una compostura a medida con una riqueza en tela y acabados. Hay vestidos por ahí que se venden por 400 euros y no tienen ni forros.
¿Pagamos demasiados impuestos?
Habría que recalcular las cotizaciones sociales. Entiendo que hay que pagar pero hay meses en que tenemos que adelantar dinero que no hemos facturado. El Estado nos tiene con una soga como si fuéramos Amancio Ortega. Yo no dudo que también tendrá muchísimos gastos pero ganará muchísimos millones y aquí, trabajamos para pagar sueldos.
Mucha gente pide que le hagamos una rebajita pero tú en El Corte Inglés o en Vuitton compras, pagas y punto. Yo tengo mis ofertas estacionales, restos de stock pero mi producto tiene un precio y no lo voy a devaluar. Mi clienta lo aprecia porque busca comodidad, no perder el tiempo, que le siente bien… ¡así que es el dinero mejor invertido para ella! Me he emocionado viendo que con 10 kilos de más estaba fenomenal.
¿Valencia aprueba en moda?
Ha ido para atrás: a nivel de moda, me da pena. Habría que motivar que la gente abriera tiendas de calidad. A mí me gustaría que la calle San Vicente se llenara de comercios de primer nivel en vez de ir para abajo constantemente con productos de importación.
Nos hemos devaluado por la importación de Marruecos, India, China... No podemos competir con un nivel bajo medio. Y esto devalúa en general aunque a mí no me repercuta por ejemplo Primark porque su clienta no es la mía. Se podrán comprar algo de decoración o un sombrero pero no un vestido de fiesta.
¿Y la mujer valenciana?
No es atrevida pero sí muy elegante. Es más clásica, de tradiciones y a veces debería arriesgarse. Le gusta destacar por elegancia y sutileza. No hay mejor propaganda que la gente te vea guapa. Si no queda bien algo, es preferible no venderlo porque si sales como un cuadro por la calle, no me interesa.
¿Nos dejamos llevar por las celebrities y las influencers?
Pues creo que ni por unas ni por otras. La gente está cansada de la misma foto. Lo siento por las instagrammers pero lo poco gusta y lo mucho cansa. Es más de lo mismo y no aporta nada. Prefiero alguien que me cuente por qué le sienta bien el patrón, mujeres reales y no artificiales con tallajes creíbles. Por eso no sigo tendencias ni colores que no favorezcan a la tez de la clienta.
¿Qué veremos esta primavera?
Colores pasteles con nuestros patrones que se demandan: limpios, picos en la espalda, bolsillos en las faldas, faldas de capa, de tablas… vestidos que llamamos en A, más cortitos pero que te los puedes poner o con sandalia o con tacón.
Y más casual.
Nuestras clientas están cansadas de ir a un sitio y ver a 10 vestidas igual. Hicimos un testeocon prendas casual y se agotó. Vamos a por una línea que podamos llevar tanto para entre semana como para un evento, aunque siempre está el vestido para una boda con el que soñamos todas y no deja de venderse. Las mujeres tenemos los armarios llenos pero nunca tenemos suficiente porque te ves espectacular y te lo compras.
¿Qué no puede faltar en un armario?
Un vestido negro sencillo y un dos piezas.
¿El tráfico en el centro es tan caótico como parece?
Cada vez peor. Que cierren una calle porque sí, repercute negativamente y tienen que pensar en el comercio. Llegará un momento en que la gente venga a pasear al centro a ver edificios porque no quedarán negocios. Si lo ponen tan difícil, al final tendremos que irnos. Mis clientas se quejan mucho del transporte público y prefieren venir en coche pero la gente se piensa mucho llegar al centro y hay veces que me piden que les lleve 2 ó 3 vestidos para probarse en casa.
El Ayuntamiento no nos consulta nada, sin tener en cuenta que las peatonalizaciones repercuten negativamente. Nos lo ponen difícil hasta para venir a trabajar, cortando calles y diciendo que te busques la vida.
Analicemos a Marina Civera, Fallera Mayor de Valencia 2019.
Es muy elegante. Me gusta mucho su indumentaria. De particular, creo que se podría sacar más partido porque es chiquitina pero muy bien compensada. Tira mucho a lo ancho y a lo grande y debería lucir más cuerpo. No he tenido el gusto de vestirla pero me parece una lástima que no se saque todo el potencial que tiene. Si algún día tengo ocasión, me gustaría asesorarla porque tiene un cuerpo muy bonito.
En Boovier trabaja Carmen Sancho, Fallera Mayor de 2014.
A Carmen le pasaba como a Marina, que tiene tallas reducidas pero ella se sacaba partido porque parecía mujerona. Es un referente como Fallera Mayor de Valencia. Las falleras dan mucha importancia a la indumentaria pero deberían darle la misma a la ropa de calle. Vamos a hacer varios eventos con falleras mayores para asesorarlas porque se pierden un poco. De particular, deben vestir con sutileza y elegancia, sin estridencias. Se le debe recordar por alguien que nos hace girar la cabeza por su estilo. Nos representa a todos. Lo podría comparar con Rania de Jordania que llama la atención allí donde va. Yo las veo así porque nos representan por todos los sitios.
Susana Bort. FOTO VICENTE RUPÉREZ
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