Más de 300.000 euros cuesta retirar toda esta basura y "con la que está cayendo, los propietarios no pueden hacer frente a este gasto", ha informado el alcalde de Bonrepós i Mirambell, Fernando Traver. "El Ayuntamiento ha firmado un convenio con los propietarios y ya han cumplido la primera fase, que era derribar las instalaciones. Ahora tenemos que tener un poco de flexibilidad y darles tiempo para que retiren los escombros, porque les piden mucho dinero", ha matizado el primer edil.
La solución parece que está en camino, ya que según ha anunciado Traver, los dueños han solicitado al Ayuntamiento el permiso para instalar una trituradora y así poder amortiguar los costes de esta compleja actuación en una parcela e más de 70.000 metros cuadrados. "No se trata de sacar dinero del reciclaje de los escombros y de la basura, sino que pueda resultar a coste cero la recogida y hacer más llevadera económicamente la actuación", señala el alcalde. Además, se llevará a cabo una separación de materiales como madera o amianto para depositarlos en vertederos controlados.
En estos momentos, los técnicos del Consistorio ya están trabajando en los informes para poder instalar una trituradora en la zona y paliar los efectos del polvo y ruido que puede ocasionar en los alrededores.
Mientras tanto, el Ayuntamiento pide paciencia y comprensión a los vecinos. De hecho, desde la Asociación de Vecinos de Bonrepós i Mirambell, su presidenta, Nuria Moya, ha afirmado que hasta el colectivo "no han llegado muchas quejas vecinales ya que no hay viviendas cercanas", pero es cierto que se ha instalado una gran colonia de gatos y se pueden ver grandes roedores campar a sus anchas.
Otro tema que preocupa ahora al Consistorio es el futuro de esta parcela de 70.000 metros cuadrados, lo que supone un tercio del sueño urbano de la localidad. En la actualidad tiene un uso militar en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pero el equipo de gobierno plantea una revisión interna del PGOU para integrar esta zona en el núcleo urbano.
La parcela se ubica junto al barranco de Carraixet y el polígono industrial, por ello, "se plantea convertir este espacio un 50% en zona comercial y un 50% en zona residencial, e incentivar así un tejido comercial integrado en zonas residenciales y de ocio creando servicios más cercanos para la ciudadanía", ha apuntado el alcalde.