El catedrático de Derecho Procesal de la Universitat de València José Bonet, en una imagen de la UV. EFE La utilización de inteligencia artificial
(IA) en la tramitación judicial agilizaría los procesos pues la robótica
permitiría automatizar la oficina judicial en los casos que más retraso
provocan, como la admisión y el señalamiento, y su implementación
reduciría el número de órganos jurisdiccionales.
"Un robot ya podría dictar resoluciones. Obviamente las más sencillas,
como las de inadmisión por falta de ciertos requisitos. Pero no observo
impedimentos para que algún día un robot pueda dictar sentencias,
incluso valorar pruebas contradictorias", vislumbra el catedrático de
Derecho Procesal de la Universitat de València José Bonet en un artículo
científico publicado en la revista especializada de Derecho CEFLegal
del que informa este jueves la UV.
Bonet se ha basado en el informe del Comité de Asuntos Legales del
Parlamento Europeo de 27 de enero de 2017, sobre las cuestiones
jurídicas vinculadas a la robótica y la IA en la Unión Europea.
Para el catedrático, la incorporación de la tecnología en el ámbito
judicial va en aumento y "continuará con máquinas inteligentes y
autónomas, con capacidad de ser entrenadas para pensar y tomar
decisiones".
Con la utilización de la IA, "los tiempos perdidos en el reparto, la
apertura de procedimiento, el señalamiento o la notificación podrán
pasar a la historia".
Del mismo modo, la aplicación de la robótica supondría que la
organización territorial de los órganos jurisdiccionales se vería
modificada, ya que, según Bonet, "las vistas, audiencias y
comparecencias virtuales restan relevancia a la proximidad física al
órgano judicial".
El experto también sugiere la posibilidad de que un robot pueda tomar
decisiones autónomas y, con ello, las responsabilidades propias y la
disminución de las ajenas, lo que abre el camino a derechos y
obligaciones para los robots.
En su opinión, un robot podrá actuar como mediador, "para advertir de
las ventajas generales y concretas de un pacto de mediación, así como
los inconvenientes de lo contrario, y, sobre todo, por la posibilidad de
hacer una predicción del resultado en caso de acudir a la vía judicial
automática".
Asimismo, incide en la necesidad de garantizar el respeto de valores
como la seguridad, la vida, la integridad física, la intimidad, la
dignidad y la autonomía de los seres humanos por parte de los robots que
puedan participar en la tramitación judicial.
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