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Muchas veces a los partido políticos y a sus dirigentes les fallan las fuerzas o el atrevimiento para hacer reflexiones en voz alta y poder llevar a cabo sanos ejercicios de autocrítica para mejorar el bien común.
Lamentablemente, no soy de esos y afortunadamente, no me ha tocado en el camino ser dirigente de altos vuelos pero sí leal compañero municipal con pies en el suelo.
Hace mucho tiempo que el Partido Popular en la Comunitat Valencia y también en nuestra provincia anda buscando su alma. Entiéndase por alma, aquellos principios que dan forma y organizan los sentimientos y dinamizan la vida.
Después de un tiempo prudencial de espera al haber pasado ya los 9 meses desde las elecciones autonómicas y los 8 meses de las elecciones municipales, es fundamental que el municipalismo tome las riendas de nuestro partido para volver a liderar los mensajes, las ideas y los sentimientos.
La Comunitat Valenciana y nuestra provincia necesitan de un espacio de centro derecha liberal potente, ilusionante y preocupado en solucionar los problemas de las personas y en mejorar su calidad de vida.
Es fundamental que dejemos atrás posturas internas alejadas y que seamos capaces de aunar personalidades e ideas bajo un mismo proyecto popular.
Frente a los pactos de sillones de Pedro Sánchez y Podemos con la complicidad de ERC y Bildu en España y el agotamiento del Pacto del Botánic quién en 5 años han demostrado su falta de preparación y eficacia para gestionar, los populares de la Comunitat Valenciana y de la provincia de Valencia tenemos la necesidad de rearmarnos internamente y de acometer aquellos cambios necesarios para volver a liderar el cambio.
Si estos cambios no se producen es muy probable que sigamos existiendo algunas aldeas Galas al mas puro Asterix y Obelix en medio de un imperio de adoctrinamiento ideológico y de radicalismo.