Una ambiciosa exposición ofrece en Castellón una visión diferente de la muerte y la vida de ultratumba a través de un viaje histórico por el Antiguo Egipto y su culto a la eternidad, al viaje espiritual y a la relación con el más allá.EFE
Una ambiciosa exposición que han visto ya 5.000 personas en menos de un mes ofrece estos días en Castellón una visión diferente de la muerte y la vida de ultratumba a través de un viaje histórico por el Antiguo Egipto y su culto a la eternidad, al viaje espiritual y a la relación con el más allá.
"Los Reinos del Silencio" acerca desde el centro cultural La Bohemia una visión escatológica "más espiritual", tal y como concebían la muerte en esa época, y pretende trasladar al público otra perspectiva coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, "como si fuera una puerta abierta a la esperanza y a la eternidad".
En La Bohemia se pueden ver hasta el 2 de diciembre diferentes ámbitos del arte funerario egipcio, adentrarse a través de una mastaba para conocer a Mereruka y descubrir los misterios que esconde la Gran Pirámide.
También permite adentrarse en una de las cámaras funerarias más importantes de la historia -la de Tutankamón- y conocer el proceso de la momificación, además de contemplar delicadas piezas del ajuar funerario.
La empresa castellonense Funeraria Magdalena es la impulsora de esta muestra, creada para conmemorar el vigésimo quinto aniversario del Tanatorio de Castellón y con la voluntad de la firma de agradecer a la sociedad castellonense la confianza depositada en estos años.
Así lo explica a EFE el director de comunicación de Funeraria Magdalena y director creativo de la exposición, Eugenio Martín, para quien "contrariamente a lo que se piensa, los egipcios no practicaban el culto a la muerte sino un culto a la eternidad, y le daban tanta importancia que el tránsito al más allá lo cuidaban mucho".
En la muestra hay una reproducción del ritual de la momificación en la que unos sacerdotes muy concretos y totalmente purificados -de hecho estaban totalmente calvos y no tenían pelo en ninguna parte del cuerpo- se dedicaban al proceso durante 70 días.
Martín señala que se puede ver en la recreación la utilización de las bolsas de natrón -con la sal que secaba por dentro- y los instrumentales con los que sacaban las vísceras y se ponían en los vasos canopes para "darle a todo el ritual un sentido muy profundo, que era que el difunto no perdiera todas sus referencias".
En Egipto, "todo era espiritualidad", indica el director creativo, "aunque el sentido de religión no existe. Para todas las personas que vivían en esa época todo era magia y se relacionaban constantemente con los difuntos y el más allá o con los distintos arquetipos que representaban los dioses".
Según Martín, era "muy complicado" para su empresa plantear una celebración en un "mundo occidental que vive de espaldas a la muerte", por lo que decidieron organizar "una exposición cultural que mostrara una relación diferente" con el óbito.
Occidente y parte de Europa, asegura, han "exportado" la fiesta de Halloween, "que es una forma de relacionarse con la muerte divertida", pero esta firma funeraria pensaba que podían ir "una octava superior" y relacionarse con la muerte "desde una vertiente cultural y profunda".
Y de alguna manera, "todos los que están en tránsito, los que tienen familiares que se han muerto, se siguen relacionando con ellos y en cierto modo el concepto de eternidad está metido en nuestra sociedad aunque sea en el plano más del inconsciente colectivo", según Martín.
Para Funeraria Magdalena "era muy importante poder ver cómo los egipcios se relacionaban con la muerte y queríamos que Castellón se pudiera relacionar con la muerte quitando toda la carga escatológica que vivimos, como si no nos fuéramos a morir nunca".
El objetivo de la exposición es también convertirse en "una puerta abierta a la esperanza y a la eternidad" y que los castellonenses puedan acompañar a sus difuntos "de una manera más positiva, no tan triste".
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