Miguel Ángel Martín. EPDA Hace más de seis años que muchos de los que hoy
esta presuntamente “imputados” o según la última reforma de
Código Penal hecha por el PP “investigados”, por corrupciones
varias en nuestra tierra valenciana; se dirigían por la TV, Radio o
prensa, a los padres de los más de 22.000 jóvenes valencianos que
han tenido que emigrar forzosamente por razones socioeconómicas; y
les decían compungidos cosas como estas: “...hemos vivido por
encima de nuestras posibilidades y ahora hay que apretarse el
cinturón…”; “Todos tenemos que hacer esfuerzos y los políticos
debemos dar ejemplo…”. Las familias que vieron partir a sus hijos
e hijas, a buscarse la vida fuera de su país con su abultado
curriculum, tiene3n que tragar mucha saliva para contener la rabia
ante tanto presunto geta y sinvergüenza. Tiene narices que te dejen
sin futuro, mejor que nos dejen, y encima te roben a dos manos.
El periodista Sergi Castillo en su libro “Tierra de saqueo”,
calcula que la factura de la corrupción en la Comunidad valenciana
supera los 12.500 millones de euros (para que se hagan una idea eso
es más o menos el presupuesto de la GV de un año). En todos estos
años de austericidio, la ciudadanía de a pie, los que pagamos todas
las facturas (rescates de bancos etc.) hemos sufrido recortes
drásticos en Sanidad, en Educación, en Dependencia, Servicios
Sociales, en los programas de becas, el aumento de las Tasas
universitarias. Hemos visto como el desempleo en jóvenes de 18 a 24
años se sitúa en el 55%; y como se precariza el poco empleo que se
crea; Sabemos que más de 260.000 jóvenes valencianos entre 17 y 30
años están en riesgo de exclusión social. Además del negativo
impacto económico futuro que supone que otros países se aprovechen
de nuestro capital humano (se ha calculado que perderemos más de
8200 millones en 10 años). Pero no pasa nada. A estos cracs de la
gestión cuanto peor nos vaya a nosotros, para ellos mejor. Todo lo
que sea deteriorar lo público (lo de todos), sirve para abrir de una
patada (a lo Corcuera, que parece que ha vuelto como Rocky) la puerta
al aprovechamiento privado de los bienes públicos. Y de paso
asegurarse un retiro dorado en esas empresas. Hay, al menos, 22.000
motivos y más de 260.000 razones por los que esta gente (y ojo
también la que disfrazada de los nuestros piensa que nada puede
cambiar) no puede poner las manos en nuestro futuro, y como cantaba
algún grupo de estos hípsters, “lo importante es tener finales”.
Que se vayan!
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