Quizás por eso, cada vez más padres se interesan por
esta práctica y se animan a incluirlas en las rutinas diarias.
Y es que en la sociedad actual si algo nos sobra es el estrés y la
ansiedad. Incluso los niños se ven cada vez más sumidos en la
vorágine de un día a día repleto de tareas y obligaciones con pocos
momentos para la calma.
En general, llevamos un ritmo de vida
acelerado y sin darnos cuenta arrastramos también a los más
pequeños de la casa.
Ante esta realidad, el Método Intimind ha pensado en los más
pequeños con la intención de facilitarles momentos de concentración
y calma que compensen el ritmo acelerado y poco consciente de la
vida diaria.
LAS 8 PRÁCTICAS
Son trucos para entrenar la atención plena. Con ellos, los peques
pueden aprender a ser más conscientes de sus emociones, su
respiración y su cuerpo. Todo desde punto de vista lúdico, ameno,
buscando que sea la curiosidad innata de los niños y niñas la que
extraiga la enseñanza.
Escoge una práctica para cada día, busca un momento tranquilo del
día y disfrútalo.
Empezamos:
1.- Explora como se sienten las emociones. Mira cómo te sientes
cuando lees lentamente estas palabras. Quédate con cada una de
ellas 10 segundos.
- Felicidad – Tristeza – Nervios – Aburrimiento – Tranquilidad – Celos
– Alegría – Preocupación - Ansiedad
¿Puedes sentir la diferencia?
2.- Reconoce una emoción que hayas sentido hoy. Puede ser ira,
preocupación, alegría. ¿Cómo se ha sentido tu cuerpo?, ¿tenías las
mandíbulas apretadas cuando sentías ALEGRÍA?, ¿y cuando sentías
IRA?, ¿cómo estaban tus músculos cuando reías?, ¿cómo percibes tu
cuerpo cuando estás enfadado/a?. Imagina la sensación que
provoca cada emoción.
3.- Dale un nombre a tu emoción. Si una sensación se apodera de
ti, búscale un nombre. Puede ser ansiedad, miedo, nerviosismo… Si le
prestas atención y le pones un nombre será más fácil dominar la
sensación y sentirte mejor.
4.- ¿Estás respirando? Respira 3 veces lentamente y observa
como entra y sale el aire por tu nariz. ¿Sientes cómo pasa por tu
nariz, por tu pecho, por tu barriga?. Ahora cuenta hasta 10
respiraciones, hinchando y deshinchando tu barriga de aire. Cuando
acabes, observa cómo se siente tu cuerpo. Prestar atención a la
respiración te puede ayudar a dominar el enfado o la ansiedad.
5.- Explora recuerdos de momentos felices. Cierra los ojos y
recuerda un momento en el que te sentiste feliz. ¿Qué viste?, ¿qué
oíste?, ¿quién estaba allí?. Recuerda como te sentiste entonces.
6.- Envía sentimientos positivos.
Busca en tu mente alguien que
te caiga bien. Imagina que es feliz y que te sonríe. Envíale lo
siguiente: “Ojalá que te encuentres bien”, “ojalá que seas
feliz”, “ojalá que encuentres tranquilidad y paz”. Ahora dedícate
a ti mismo esas mismas frases y date un gran abrazo. ¿Cómo te
sientes?
7.- Escuchar en modo mindful.
Cierra los ojos y escucha
tranquilamente los sonidos a tu alrededor. Al principio pensarás que
no oyes nada, pero poco a poco aparecerá el sonido del viento, la risa
de un niño, la lavadora en marcha… Haz una lista de todo lo que has
oído en un minuto. Acabas de centrar tu atención en el presente.
8.- Dormir con una sonrisa. A la hora de dormir piensa en alguna
cosa por la que estés agradecido. Un amigo/a que te hace feliz, tu
familia, tu mascota…
Dedica un minuto o dos a pensar en cosas que
te hacen ser feliz. ¿Cómo te sientes entonces? Intenta pensar en
cosas bonitas e incluso te cambiará el ánimo si estás triste o de mal
humor.
SABER MÁS
Mara Claramunt, especialista en Mindfulness, nos sugiere
PEQUEPLANETA, un método de la APP Intimind para que los más
pequeños se inicien en las prácticas de Mindfulness o Atención Plena.
Se trata de meditaciones guiadas en las que los niños aprenderán
a meditar de la mano de 4 personajes del “Planeta Intimind”: un
Caballito de Mar, una Koala, un Búho y una Mariposa. “Combinan
pequeñas piezas de vídeo para atraer a los peques con piezas de
audio, también breves, adaptadas al lenguaje infantil”, explica Mara
Claramunt.
Con el mindfulness se pretende que los niños empiecen a interesarse,
sin juicios y con amabilidad, por su mundo interior y por el mundo
que les rodea. El objetivo a conseguir, añade Imma Juan, es que los
más pequeños puedan aprender a gestionar su mente y su cuerpo
para obtener un mayor bienestar psicoemocional.