María Giménez. Del
“No a la muerte de un pueblo”, al “No más asesinadas y
Sí a un pueblo
igualitario y justo para todas”…
Llega
el 8
de Marzo y este año, más que nunca, hace falta una lucha
unitaria y transversal
ante las constantes discriminaciones, acosos,
agresiones, crímenes, que
sufrimos las mujeres por el mero hecho de serlo, a nivel
individual, conyugal,
laboral, lúdico… así como también seguir en la batalla
que atentan nuestras
libertades personales y la pugna contra las
precariedades y diferencias
laborales.
Estamos
hartas de difundir eslóganes henchidos de razón, pero
carentes de apoyo legal y
político a nivel estatal… Y lo mejor para hacernos oír y
que se nos tenga en
cuenta, es hacer y secundar esta huelga feminista.
Porque hay que poner en
nuestro ideario la palabra “huelga”, concepto que
consiguió poner a nuestra
ciudad factoría en el mapa para evitar que nuestro
pueblo muriera.
En
aquella
época de reconversiones, siendo aún niña recuerdo salir
a la calle para
defender el pan que entraba en mi casa, la gente luchó
por sus sueldos y sus
ilusiones. Ahora, más de 30 años después, y ya no tan
niña, considero que es
necesario emitir de nuevo una ola en las calles. Una
onda de lucha feminista
donde se despierten las conciencias de un gran sector
“zombieland”, para que de
una vez por todas, se empatice y reinvindique. Es una
huelga necesaria: porque
queremos ser dueñas de nuestras vidas, para dejar que
los recortes en Servicios
Sociales, Sanidad, Educación y Dependencia, se hagan a
costa del trabajo y
tiempo de las mujeres, porque queremos una protección
global contra los
agresores, porque queremos luchar contra la
inestabilidad precaria de nuestros
trabajos y salarios, porque queremos vivir sin miedo en
los espacios públicos,
sin sufrir hostigamientos y ataques por parte de hombres
que se creen que tales
lugares son suyos. Exigimos que se tengan en cuenta las
diferentes causas y se
visibilicen los distintos niveles de las violencias
hacia las mujeres.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia