Logotipo de la empresa empatizo.es de Mislata. EPDA Según la real Academia de la Lengua Española empatizar es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Y de esto se trata precisamente el pionero proyecto desarrollado por dos mujeres, Inma Colorado, de Ontinyent y residente en Valencia y Remei Jiménez, de Mislata. ‘Empatizo.es’ es un servicio telefónico para aquellas personas que se ven abocadas a vivir en soledad o que puntualmente necesitan expresar sus emociones.
“Pensamos no sólo en personas que sufren soledad no deseada sino también en aquellas que necesitan expresarse, hablar y sentirse escuchadas”, explica Remei.
Ambas mujeres cuentan conocimientos de psicología, psicoterapia y coaching y Remei, además, tiene una dilatada experiencia como voluntaria en el teléfono de la esperanza. “Pero, ante todo, somos seres humanos que escuchan a seres humanos”, aseguran.
Acaban de poner en marcha la empresa, a través de su página www.empatizo.es donde se explica en qué consiste el servicio telefónico ‘Yo te llamo’.
En cuanto al coste, han establecido unos bonos de 5 o 10 horas que la persona paga previamente, tras lo que la empresa contacta para establecer los horarios de llamadas, a través del teléfono 625.657.441. Además de las llamadas y la escucha activa se elaboran informes de la situación de la persona usuaria. Cabe resaltar que han establecido también un ‘bono solidario’ que depende de las donaciones al Fondo Solidario, dirigido a personas sin recursos que seleccionarán con la ayuda de Servicios Sociales o asociaciones.
Inserción laboral
Aunque acaban de empezar y cuentan con pocos medios ya tienen un listado de mujeres, casi todas mayores de 45 años, en riesgo de exclusión laboral, dispuestas a ayudarles cuando la empresa esté en pleno funcionamiento.
El orIgen
La idea de ‘Empatizo.es’ surgió cuando Inma ofreció a Remei pagarle para que llamara a una tía suya, que vive sola y lejos de Valencia, un par de veces por semana. La escuchaba y reorientaba la conversación hacía un punto más positivo y su tía se sentía mejor”, cuenta Remei.
Así surgió esta empresa que espera abarcar ese sector de la población que “no se siente desesperada como para llamar al teléfono de la esperanza y tampoco como para iniciar un proceso de terapia, pero necesita hablar de lo que siente y ser escuchada sin miedo a ser juzgada”, concluyen.
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