Vicente J. Hernandis. EPDA Era el año 2003, año arriba año abajo, y hacía pocos días que había reestrenado mi flamante Bandit 600 de segunda mano. Eran más o menos las 10:30 de la mañana cuando, en un cruce cercano al antiguo hospital La Fe de Valencia, a pocos metros de mí otro chico con una motocicleta similar arrancaba cuando el semáforo pasaba a fase verde; No sé cómo ocurrió, pero de repente ese chico volaba por los aires y su motocicleta, con gran estruendo, se arrastraba unos metros por el suelo.
Un vehículo “rezagado” se había saltado el semáforo en fase roja. De la nada apareció una ambulancia y la gente se puso a atender al motorista accidentado. Yo sólo pude parar mi moto, bajarme y sentarme en el bordillo; las piernas me temblaban y el corazón me iba a 200. Afortunadamente el chico se levantaba en esos momentos. Todo quedo en un aparatoso susto con algunos daños materiales. Pero aquello me marcó.
Casualidades de la vida, unos años después ostentaba el cargo de Alcalde de mi pueblo, Beniparrell y era miembro de la Mancomunidad de l’Horta Sud. Un buen día, nuestra presidenta y un técnico nos reunían a unos cuantos miembros de la “Manco” para estudiar la posibilidad de implantar un sistema de control de salto de semáforos en fase roja, más conocido como “fotorrojos”. Finalmente dicho sistema se instaló en cuatro Ayuntamientos gobernados por el Partido Popular y uno gobernado por el PSOE. Yo fui el primero que dije sí, hay que instalar ese sistema.
Todos conocemos la polémica que se ha venido generando al respecto desde entonces; plataformas ciudadanas contra los “fotorrojos”, protestas en los Plenos, Alcaldes pidiendo que se resuelva el contrato por el afán recaudatorio del sistema, diciendo que no se había anunciado ni señalizado debidamente, etc.
Hoy sigo como portavoz del Grupo Popular en la Mancomunidad de l’Horta Sud, y el otro día escuché unas palabras de un miembro de la misma que me llamaron mucho la atención. Tras decir que el equipo de gobierno no contemplaba volver a contratar el sistema porque su afán era puramente recaudatorio, aclaró “bueno, en todos los pueblos menos en uno. En Picanya hacía falta por que había muchos vehículos que se saltaban el semáforo de la calle...”. Curiosamente, Picanya está gobernada por los socialistas. Desde aquí un abrazo a mi buen amigo Pepe, para mí, ejemplo de buen Alcalde y mejor persona.
Dicho lo cual, tal vez, en lugar de plantearnos no volver a contratar el servicio, deberíamos contemplar la posibilidad de invertir el dinero recaudado en mejorar la concienciación de la gente, conductores y peatones; para mejorar los viales; para educar a nuestros niños, futuros conductores la gran mayoría de ellos.
Hay que reconocerlo, recaudar se recauda y mucho, pero de esos Alcaldes que claman para que se quiten los “fotorrojos”, ninguno pide que se devuelva el dinero a los sancionados; al contrario, presupuestan dichos ingresos y preguntan a menudo a los servicios de la Mancomunidad ¿cuándo cobramos?.
No creo que la demagogia política barata y falta de fundamento sea la mejor opción. Si la solución de algunos políticos es que cuando la gente protesta por los fotorrojos, mejor eliminarlos, ¿por qué no creamos una plataforma anti-IBI, una anti-TASAS, una anti-IRPF y otra anti-CONTROLES DE ALCOHOLEMIA y nos ponemos todos a protestar?.
Por cierto, para que no te multen, lo mejor es no saltarse los semáforos en rojo, ni los stop, ni conducir ebrio, etc. Además de cuidar nuestro bolsillo, se evitan accidentes y se salvan vidas. Ya les he dicho que aquello me marcó, por eso intento inculcar a mis hijos que, si respetamos las normas, respetamos a los demás.
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