Área de trabajo de Caxton College. EPDA
Este colegio
británico de Puçol (Valencia) celebra su treinta aniversario con la inauguración
de un área de trabajo que se inspira en los principios de la arquitectura
emocional desarrollada en los años cincuenta por el arquitecto alemán Mathias
Goeritz. La encargada de idear este proyecto ha sido la valenciana Susana
Iñarra, doctora arquitecta y profesora de la Escuela de Arquitectura de
Valencia, que además forma parte del pionero Instituto I3B de la Universidad
Politécnica de Valencia.
Este atractivo espacio se
sitúa en una de las arterias principales de este centro educativo por donde
transitan a diario padres, alumnos y empleados con el propósito de despertar
sus emociones. “Cuando tenemos la suerte de participar en la creación o
modificación de un espacio, es necesario indagar en las verdaderas necesidades
del futuro usuario, no solo a nivel funcional, si no también emocional… Este
tipo de trabajo previo es habitual en el diseño de producto, no se concibe
lanzar un producto al mercado sin conocer la respuesta del consumidor, sin
embargo en la arquitectura no se le ha dado la suficiente importancia”,
reivindica Iñarra.
Tras un primer
diagnóstico de los problemas estéticos, funcionales y de circulación del área
actualmente rehabilitada, la arquitecta valenciana inició una serie de “focus group”
para recoger las necesidades reales de las personas que transitaban y trabajaban
en esa zona. A partir de esas premisas diseñó con un programa de realidad
virtual un primer proyecto para que una muestra de usuarios pasease
digitalmente por el nuevo recinto.
Aplicando neurociencia a la arquitectura
Mediante
programas de realidad virtual y unas gafas HMD, se traslada al
observador a un área virtual que recrea el futuro espacio de forma realista, de
esta manera la arquitecta Susana Iñarra pudo seguir
sacando conclusiones para realizar el proyecto definitivo. Tras recoger
la respuesta de los participantes, valoró cómo
diferentes escenarios afectaban al nivel de concentración o bienestar de los
empleados. “Gracias a este trabajo que conecta neurociencia con tecnología y
arquitectura pude ajustar el proyecto a las necesidades concretas del cliente y
tener un conocimiento previo de que iba a estar satisfecho con el resultado
final”, comenta Iñarra.
Con esta
nueva propuesta arquitectónica Caxton College transmite abiertamente el ideario
educativo del centro a través de un espacio polisensorial. Creatividad,
transparencia, proximidad y disciplina son valores que el visitante recibe de
manera clara cuando recorre esta nueva superficie. Por ejemplo, los puestos de
trabajo son horizontales y abiertos favoreciendo así el diálogo y la
comunicación. Aun así, se han establecido zonas con amplias cristaleras traslucidas
para acotar espacios laborales que requieren mayor concentración o intimidad
profesional.
Los recursos artísticos
y emocionales son una constante que persigue despertar la atención del
visitante y ser focos de atención inspiradora para los alumnos y empleados. Por
ejemplo la señalética ha dejado de tener un papel meramente funcional para
adquirir un papel estético. Por otra parte, el cromatismo de las paredes
obedece a un estudio riguroso que va más allá de lo estético y busca encontrar
un equilibrio en las emociones del usuario. Según el esquema “Arousal” o la
teoría de la U invertida , el resultado entre el entusiasmo y la activación que
provoca el amarillo y la serenidad que inspira el gris se produce un grado de
estabilidad emocional y un rendimiento óptimo tanto para el trabajador como
para los alumnos.
Galería
de Arte
Todas las estancias
están decoradas con lienzos y esculturas que han realizado los propios alumnos
de Arte de Bachillerato. Pero el epicentro de
esta expresión artística se concentra en la Galería de Arte instalada en la
parte central del edificio. Un espacio abierto que desde cualquier punto acapara
la atención del público gracias a las exposiciones temáticas que
permanentemente se organizan a partir de los trabajos de los jóvenes artistas
del colegio.
Otra de
las joyas de la corona de esta nueva arquitectura en la Sala de Alumnos de
Secundaria o “Common Room”. Un recinto sensible que tiene como objetivo
albergar una zona de encuentro, de descanso, de esparcimiento y de conversación
de estudiantes a punto de graduarse. Esta nueva estancia, en forma de curva,
invita al recogimiento y a la intimidad ya que, junto con un mobiliario
interior con colores cálidos, garantiza un entorno afectivo muy valorado por
los jóvenes.
Otro
punto sensible que se ha tratado con especial delicadeza ha sido las salas donde
padres y alumnos esperan a ser atendidos. Un mobiliario confortable dispuesto junto
a una decoración artística y atractivos elementos de jardinería, convierte a
estas zonas en pequeñas “salas de estar” en las que los visitantes encuentran
actitudes positivas, cómodas y favorables.
“Cada
experiencia conmovedora de la arquitectura es multisensorial: las cualidades
del espacio, de la materia y de la escala se miden a partes iguales por el ojo, el oído, la nariz, la piel, la lengua, el esqueleto y
el músculo”, nos recuerda Iñarra citando al finlandés Pallasmaa, teórico de
arquitectura cuyos escritos son fuente de inspiración.
El
proyecto ha respetado y mantenido aquellos elementos que podían aprovecharse de
la anterior estructura. En este sentido todos los departamentos y salas que han
quedado ubicados en esta área asumen el principio de sostenibilidad y
austeridad necesarios para poner en práctica una arquitectura del siglo XXI.
Con esta nueva aportación Caxton College mantiene su apuesta por atraer permanentemente
a su entorno todo tipo de señales que simbolicen su relación con la creatividad
y el conocimiento adecuado a un entorno afectivo.
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