Responsables de la Fundación. EPDA
La Fundació Per Amor a l’Art añade un
nuevo atractivo a su centro de arte. Tras la restauración del refugio antiaéreo
descubierto en las instalaciones de Bombas Gens, este importante elemento patrimonial
será visitable a partir de mañana.
Así lo ha comunicado hoy la directora de
FPAA, Susana Lloret, en la presentación para medios de comunicación que ha
organizado la entidad. “Al principio,
cuando lo encontramos durante las obras de recuperación de la antigua fábrica,
pensamos que era una carbonera porque estaba lleno de escombros. Pero cuando
descubrimos lo que era en realidad y tomamos conciencia de su importancia,
decidimos que teníamos que restaurarlo para compartirlo con el público”
Y es que nos encontramos ante un refugio
de especial valor, puesto que es uno de los pocos
ejemplos que quedan en Valencia de tipología fabril y el único visitable. Construido
con una estructura de hormigón armado, consta de una sala principal de 21,64 m2
y 2,78 m. de altura con dos accesos: desde el interior de una de las naves y desde
el patio.
“El refugio conserva elementos característicos de este tipo de
construcciones, tales como los letreros con mensajes dirigidos a los ocupantes
del mismo. En ellos se dan una serie de recomendaciones de uso e higiénicas y
de seguridad. Han sobrevivido también al paso del tiempo el zócalo original de
pintura, los tubos de cerámica que actuaban como respiraderos, la roza por
donde iba el cableado de la luz y algunos soportes de madera de las bombillas”, ha explicado Paloma Berrocal, arqueóloga del proyecto.
Los trabajos de rehabilitación han
consistido principalmente en una limpieza en profundidad para eliminar la
gruesa capa de hollín que presentaba como resultado de su uso como carbonera
durante años, y una extracción de sales producidas por la humedad y el
abandono. También se han consolidado los rótulos originales y se ha efectuado
una reintegración cromática de la policromía del espacio. “Simplemente lo hemos rescatado del abandono en que estaba, porque la
verdad es que goza de un excelente estado. Todo es original, no ha sufrido
ninguna intervención posterior. Ha sido como encontrar una cápsula del tiempo”,
ha asegurado la restauradora Sofía Martínez.
Una cápsula prácticamente virgen que
llevará a los visitantes hasta 1938, fecha probable en que se construyó el
refugio para dar cobijo a los trabajadores de la antigua fábrica. Según los
testimonios orales que han llegado a nuestros días, esto es así porque la
factoría fue incautada durante la Guerra Civil por el bando republicano para
fabricar bombas de mortero, y por tanto se convirtió en un objetivo militar. La
fábrica, dedicada hasta entonces a la elaboración de bombas hidráulicas, estaba
preparada para fundir metales y eso fue aprovechado en el conflicto bélico.
Después de años en el olvido, esta
historia se volverá a contar en Bombas Gens a través de actividades didácticas
para escolares, y de visitas guiadas por mediadores patrimoniales.
Desde la organización se ha advertido
que, por el limitado aforo del espacio, sólo se podrá
visitar previa reserva.
La impulsora de esta iniciativa es la
Fundació Per Amor a l’Art. Una entidad dedicada al arte (busca desarrollar la
sensibilidad artística en la sociedad poniendo la colección “Per Amor a l’Art”
a su alcance), la investigación (estudia y divulga aspectos relacionados con la
enfermedad de Wilson y otras enfermedades raras) y la ayuda social (atiende a
los más necesitados, principalmente niños en situación de vulnerabilidad). La
Fundació desarrolla en Bombas Gens su triple actividad.
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