Susana Gisbert. Estamos en febrero, el mes del Carnaval. Disfraces, fiesta, desfiles
o canciones, cualquier excusa es buena para salir a la calle, montar
la fiesta y disfrutar. Somos así. Y da igual que pertenezcamos a
esos lugares donde el Carnaval es una tradición arraigada o a esos
otros donde la vamos arraigando, lo importante es pasarlo bien. O no
Atrás quedó ese simbolismo de esconderse tras la máscara, y atrás
también la clandestinidad a que los condenaba el régimen anterior.
Ahora queda la fiesta, el goce y la alegría. Real o fingida, qe de
todo hay en la viña del Señor.
Y bien está la risa, pero de todo hay tiempo. Y mientras se habla
sin parar de un fin de semana marcado por las celebraciones de
carnaval, se conmemora el Día Contra la Mutilación Genital Femenina
sin que apenas le dediquen unos minutos en los informativos. Y ni
siquiera eso. Y no podemos cerrar los ojos ante una barbarie de
proporciones mundiales que destroza las vidas de millones de mujeres
cuando no se las arrebata directamente.
Y ya sé que parece lejano, cosas de otras tierras, de otros
continentes. Pero ni es tan lejano ni tan ajeno. Porque aquí mismo
muchas niñas y mujeres siguen en riesgo de que un salvaje cercene
sus vidas y su libertad bajo el pretexto de una tradición mal
entendida. Y también porque no podemos cerrar los ojos a lo que
ocurre fuera de nuestras fronteras.
Así que cantemos, bailemos y disfracémonos, pero no nos escondamos
tras la máscara de la ignorancia para permanecer ajenos a lo que
pasa en el mundo, y que también puede estar pasando en la puerta de
al lado.
Y esto es solo una de las muchas cosas de que no hablamos, que no
vemos o no queremos ver, o que solo vemos cuando el calendario nos
las impone con esos días temáticos, nacionales o internacionales.
Como se va acercando el de las mujeres, permítanme que hoy me
acuerde de nosotras. De todas. De las que sufren maltrato y no salen
en los informativos si no las asesinan, de las que se ven privadas
hasta del derecho a usar la ropa que quieran, a conducir, a su
sexualidad, a su identidad y a su vida. Para ellas no es carnaval.
Solo es un día más de ignominia. No nos pongamos la máscara ante
ello. No todos los días es Carnaval.
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