Infografía realizada por Casa de Caridad. Casa
Caridad alerta de la soledad que padecen las personas sin hogar con
una campaña de sensibilización social que ha denominado “Mucho
más que comer”. Y es que
precisamente la alimentación es sólo una de las necesidades de este
colectivo, que a menudo se ve privado de redes de apoyo que le ayuden
a su reinserción. Así lo refleja el “V
Informe de las Personas sin Hogar en Valencia”
realizado por el departamento de Trabajo Social de la entidad y que
pone de manifiesto el perfil de los usuarios sin techo de la Casa. En
el informe destaca el aumento de españoles atendidos a través del
servicio de albergue, que representan el 67’8% del total de los
usuarios, 8 puntos porcentuales más que en 2016. Destaca también la
presencia de hombres, entre 41 y 65 años, con patologías
asociadas. El estudio incide en la falta de apoyos sociales como
característica común de la mayoría de los usuarios, fenómeno que
tiene influencia directa en su situación de vulnerabilidad.
Mucho
Más que Comer
Casa
Caridad contempla un conjunto de actuaciones y programas enfocados a
fomentar la recuperación de habilidades sociales de las personas en
riesgo de exclusión social y apoyarlas en su reinserción
sociolaboral. Por eso, a pesar de que el servicio de comedor de la
entidad es fundamental ya que permite que se sirvan a medio día más
de 500 raciones de alimento diarias,
son muchos otros recursos los que la ONG ofrece enfocados a la
inclusión social.
“Somos
conscientes de que para trabajar por la inclusión real hay que
ofrecer otros recursos que van más allá de las necesidades básicas
de techo y vivienda. Con la campaña “Mucho Más que Comer”
queremos promover una mayor conciencia tanto de las necesidades de
los colectivos en riesgo de exclusión como de los instrumentos que
pueden darse para mejorar su situación”,explica el presidente de
la institución, Luis Miralles.
Recursos
para combatir la soledad
Entre
estas herramientas destaca el Centro de Día, servicio único en
València que se aleja del asistencialismo y persigue el
empoderamiento pleno de los usuarios. Este servicio ofrece talleres
destinados a la readquisición de habilidades sociales y cognitivas
para todas las personas en situación de vulnerabilidad que quieran
acudir.
“Las
personas que han pasado mucho tiempo en la calle suelen haber perdido
rutinas que parecen básicas como el ser capaz de comunicarse,
cocinar o asearse. Desde aquí les ayudamos a recuperarlas”,
comenta el presidente.
En
el Centro de Día de Casa Caridad se trabaja con grupos pequeños
para fomentar el buen funcionamiento y la creación de relaciones
afectivas entre los participantes. En los grupos, que se procura no
se superen las 30 personas, se ofrecen múltiples opciones, entre
ellas talleres de cocina, prensa, excursiones, gimnasia o poesía. Un
servicio consolidado al que los usuarios piden seguir acudiendo
incluso una vez han abandonado la Casa. Así lo explica el
presidente: “Casa Caridad es un punto de referencia para las
personas atendidas, aquí acaban encontrando su familia y un círculo
de apoyo”.
A
estos servicios hay que sumarle los talleres de empleo y vivienda,
recursos claves en el trabajo para la reinserción de los colectivos
vulnerables. A través de estos, se diseña un itinerario laboral
personalizado a la experiencia e intereses de cada usuario y se les
apoya para encontrar un lugar digno en el que vivir.
Mayoritaria
presencia española
En
el estudio presentado por la ONG se recalca el incremento en el
número de españoles en riesgo de exclusión que reclaman ayuda a la
entidad benéfica. Este grupo ha crecido 8 puntos en lo que va de año
y ya representa un 67’8% del total de los usuarios. El rango de
edad más común oscila entre los 41 y los 65 años y suele
relacionarse con personas afectadas por patologías asociadas o
trastornos psicológicos. En este análisis también llama la
atención el aumento de personas mayores de 65 años, totalmente
solas, que reclaman ayuda a la entidad y con un estado físico muy
deteriorado. Además, se hace hincapié en los menores de 20 años
que representan el 8’4% del total de los usuarios del albergue.
Entre este último grupo destaca el perfil de jóvenes provenientes
de centros de menores, sin trabajo, ni redes familiares.
“Las
circunstancias de los usuarios son muy diversas pero la carencia de
apoyos sociales es un punto en común en casi todos ellos. Por su
situación problemática suelen haber perdido todas sus redes de
apoyo por lo que se ven solos y aislados.”, comenta Guadalupe
Ferrer, gerente de la entidad.
Más
de un origen
Aunque
en esta radiografía del sinhogarismo en la ciudad de València
destaca la presencia de ciudadanos españoles, la representación del
colectivo de extranjeros es también considerable pues suma un 32,2%
del total. Entre los usuarios de Casa Caridad están representados
más de 50 países. En estos casos, la situación de los usuarios se
complica ya que con frecuencia se encuentran totalmente aislados en
el país. A esta coyuntura se añade el desconocimiento del idioma y
la falta de información sobre los recursos a los que pueden
acogerse. La entidad trata de remover estas barreras con la oferta de
clases de español y alfabetización impartidas por voluntarios.
“Los
usuarios encuentran en esta organización un lugar en el que dejan de
sentirse invisibles. A través de las clases vuelven a sentirse parte
de un grupo en el que pueden apoyarse para seguir hacia delante”,
comenta Luis Miralles.
En
busca de soluciones
Son
muchas las circunstancias que pueden desencadenar la soledad y llevan
a los usuarios a solicitar ayuda en la ONG, entre ellas, los
conflictos familiares y laborales o los trastornos mentales. En este
último caso, el estudio insiste en cómo muchas de estas patologías
no siempre han sido diagnosticadas antes de que los usuarios acudan a
la entidad. Por eso, desde Casa Caridad se les acompaña en el
seguimiento médico y se establecen unas pautas acompasadas a las
intervenciones psicosociales.
“Buscamos
reforzar tanto la autonomía como la autoestima de nuestros usuarios
y dotarles de la seguridad necesaria para enfrentarse a nuevos
proyectos. Queremos apoyarles en todo lo que sea posible y que se
sepa que esto es, sin duda, “Mucho Más que Comer”, concluye el
presidente.
La
campaña de sensibilización tiene como objetivo concienciar de la
necesidades específicas de las personas solas y de cómo desde la
entidad se trabaja para que sean atendidas. Casa Caridad se sostiene
gracias al apoyo de los valencianos que participan en su 70%
financiación, solo el 30% de los fondos de los que dispone la
organización se corresponden con subvenciones públicas.
Sobre
Casa Caridad
Casa
Caridad Valencia es una institución benéfica privada, declarada de
utilidad pública, dedicada a resolver las necesidades más básicas
de las personas sin hogar y en riesgo de exclusión social.
Actualmente sus servicios incluyen comedores sociales, albergues,
escuelas infantiles, centro de día, programas de higiene y salud,
salidas de ocio y tiempo libre y programas de búsqueda de vivienda y
empleo. Además de la sede central, la entidad benéfica cuenta con
un Multicentro Social en Benicalap (Valencia) desde el que se atiende
a personas convalecientes y familias desestructuradas. Cada año
reparte más de 300.000 raciones de alimento, su albergue acoge más
de 20.000 pernoctaciones de personas sin hogar y las escuelas
infantiles atienden a más de 150 niños de 1 a 3 años. A través de
estos servicios, el departamento de Trabajo Social apoya la
reinserción social mediante un seguimiento personalizado. Cuenta con
un equipo de casi 300 voluntarios. Además de sus centros propios
(sede central en el Paseo de la Pechina, Multicentro Social de
Benicalap y Escuela Infantil de Torrent), la Asociación gestiona dos
comedores sociales (Valencia y Paterna) y otra escuela infantil
también en Torrent.
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