Una de las escuelas infantiles. EPDA La vuelta al cole también ha llegado para los 90 niños que
acuden a las escuelas infantiles de Casa Caridad. El próximo
10 de septiembre los pequeños, con edades comprendidas entre
1 y 3 años, empezarán el curso en las aulas que la
Asociación tiene en sus sedes de València y Torrent. Un
servicio educativo totalmente gratuito, que sigue el
programa formativo de la Conselleria de Educación y que,
además de ofrecer una enseñanza a los menores, presta
atención personalizada a las familias y trabaja con ellas
para lograr su integración social y laboral.
Al
igual que sucede en otros servicios de Casa Caridad, estos
tres centros son un observatorio de la realidad social que
viven cientos de familias y así lo reflejan las cifras de
solicitudes para el curso 2018-19. Tanto las dos escuelas de
València como la de Torrent han mantenido el número de
familias desfavorecidas que han solicitado matricular a sus
hijos, bien para poder conservar su empleo o para realizar
una búsqueda activa de trabajo mientras los niños se
encuentran en el centro. En concreto, en el caso de Pechina
se han recibido un total de 71 solicitudes para las 18
plazas que oferta (4 peticiones por plaza libre) y, en el
caso de Benicalap han tenido 67 solicitudes para las 42
plazas con las que cuenta (dos solicitudes por plaza),
mientras que, en el caso de Torrent, ha habido 65
solicitudes para cubrir 30 plazas escolares libres (2
solicitudes por plaza ofertada). En total, 203 peticiones de
familias, hecho que pone de manifiesto de la necesidad de
ofrecer este recurso a las familias en riesgo de exclusión
social.
El
tradicional perfil de solicitante de este servicio (madre
soltera con hijos a su cargo y en situación administrativa
irregular) ha ido variando con el paso de los años. En la
actualidad, la mayoría de las familias interesadas en las
escuelas son biparentales y, en el caso de ser inmigrantes,
con sus permisos de residencia en regla, mayoritariamente.
Respecto a su situación económica y laboral, un 27% de los
hombres y mujeres no están trabajando ni tienen ningún tipo
de ingresos y, aproximadamente, la mitad de ellas cuenta
sólo con una nómina.
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