Rafa Tomás.
Da la casualidad de que una
serie de circunstancias recientemente acaecidas nos están poniendo encima de la
mesa el tipo de ciudad y de responsables municipales que tenemos. Es verdad que
muchas veces este sistema socioeconómico que sufrimos hace que la ciudadanía,
en vez de analizar con rigor y con conocimientos reales lo que está pasando,
se limite a expresar su gran cabreo por todas las limitaciones que nos toca
vivir, concentrándolo en la clase política y sin saber muchas veces plantear
alternativas reales y posibles. Pero la realidad de cada día nos va mostrando
patéticos aspectos de esa realidad a todos los niveles y nuestra ciudad no
queda lejos de esta experiencia. Llevamos años con una gestión triste y oscura
de nuestra vida cotidiana en Sagunt, sin saber exactamente qué medidas se
toman y se podrían tomar, para que la calidad cotidiana de nuestra vida
mejorara. El Ayuntamiento es como si no existiera, no se ve claramente qué
proyectos se podrían poner en marcha, no se ha aclarado la aprobación de los
presupuestos municipales, la participación ciudadana es muy limitada, no
sabemos qué programa real tiene el equipo de gobierno, la labor de la oposición
es una labor muy fragmentada y puntual y
tampoco se perciben claras alternativas para mejorar nuestras vidas. Parecemos
una ciudad dormida y que sólo tenemos un cabreo de cafetería.
Ahora
mismo, por ejemplo, muchos vecinos y vecinas de nuestro pueblo tratan de
defender la inagotable lucha arboricida que siempre practica nuestro Ayuntamiento
desde hace mucho tiempo. Aquí, cuando un árbol crece, se le mata. Es
inexplicable por qué la clase municipal local odia tanto a los árboles. Nadie
entiende cómo en una ciudad con tanto sol hay tantísimos espacios sin sombra y
cómo se han plantado tantos árboles raros y no los árboles de toda la vida,
para que den una buena sombra. Vayan, por ejemplo, a Valladolid, a Zamora, a Ávila,
a Medina del Campo, a Peñafiel o a Toro y vendrán asombrados por la cantidad
de árboles que hay en esas ciudades y cómo los cuidan y cómo han crecido.
Podríamos enviar allí a nuestros concejales/as a ver si se enteran y a los de
la SAG, para que los formen en ayudar a los árboles y no a podarlos.
¿Y qué me
cuentan de la dimisión del Alcalde? Sólo quedan siete meses para las próximas
elecciones locales y él sabrá por qué dimite, aunque una vez más parece que los
intereses personales se ponen por delante de los intereses generales y no sé
qué alternativa va a haber, aunque este Ayuntamiento seguramente seguirá sin
tener una programación compartida, que mejore nuestra vida, hasta en las cosas
más pequeñas, como pintar de blanco los pasos de peatones y conseguir que no
se ensucien ni se borren a la media hora. Tampoco estaría mal luchar por una
ciudad más limpia. Sólo había que ver la Glorieta después del Mercado Medieval.
Increíble.
Pero esta ciudad también está
hundida desde la posible alternativa. Todo lo que ha pasado con la suspensión
de las primarias del Partido Socialista aquí tiene una imposible explicación
desde la racionalidad. Sólo se explica desde el autismo y el odio y eso es una
mala explicación. Las primarias son un avance democrático importante y son la
base de una nueva alternativa para cambiar esta ciudad y esta sociedad. Por eso
no tiene sentido que quien piensa que va a perder él utilice mecanismos prehistóricos
para hundir a quien va a ganar. Así será difícil ayudar a salir de este
hundimiento general que vivimos. Pero es inexplicable cómo se ha utilizado una
acusación parcial para desprestigiar a una candidata. Y en eso hay una grave
responsabilidad municipal y el edil responsable o el Alcalde tendrían que
explicar claramente y con toda transparencia cuántas actividades hay en Sagunt
sin licencia aún. Es público y notorio que son muchísimas y algunas con más de
veinticinco años y ninguna sale en el periódico al día siguiente del acuerdo y
sin notificar a la persona interesada. ¿Por qué se ha permitido esto, cuando
todo el mundo sabe quién lo ha hecho y por qué? No es razonable que este
Ayuntamiento dé esa imagen de corrupción en ese departamento y que nadie ataje
esa situación. Por eso hemos de conseguir que desde todos los ámbitos de la
acción ciudadana trabajemos para sacar a nuestra ciudad de ese pozo. Desde el
socialismo hay que ser los primeros en esa lucha y romper el autismo de
algunos.
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