Habría que replantearse el discurso de nueva y vieja política, ya que de nada sirve erigirse en adalid de la nueva política si después reproduces y aumentas determinados procedimientos de aquellos que criticas, criminalizas e incluso insultas. Llegado a este punto habría que reflexionar sobre la utilidad o no de estas nuevas fuerzas políticas, pero eso es algo que dejo en manos de aquellos que leen estas líneas.
En las últimos meses nos encontramos con una explosión de la nueva nueva política, con la aparición de nuevas plataformas y partidos que nacen con el afán de dar batalla a aquellas organizaciones políticas de reciente creación y que han perdido la esencia de su origen.
Estas nuevas formaciones abarcan amplios espacios en el espectro electoral, algunos de ellos tratan de reproducir el desfasado eje izquierda-derecha, y no buscan más que una substitución electoral.
Ahora Plataforma, dCIDE, Demócratas e Independientes, Contigo Plataforma, Libres, Coalición de Centro Democrático, y otras demás iniciativas que existen desde las últimas fechas deben dejar la competición para llevarse el gato al agua, y comenzar a construir algo que es posible hoy en día en España, no debería descuidarse a UPyD que a tenor de algunas encuestas parece resurgir. Deberían empezar a plantearse una convergencia entre las diferentes opciones ubicadas en el centro, centro-izquierda y centro-derecha, para crear un proyecto serio, que dé cabida a aquellos ciudadanos que hoy en día deberían hacer de tripas corazón para depositar una papeleta en la urna de unas eventuales elecciones, o que directamente se lanzarían a los brazos de la abstención.
Con un escenario del todo favorable para estas opciones pueden rentabilizar si convergen y tratan de llegar a consensos, ha llegado el momento de intentar llegar a consensos para definir una estrategia y plantar batalla.
Unas eventuales elecciones dejarían a los electores previamente referidos desprovistos de opciones de voto, con un PSOE que está haciendo su particular travesía en el desierto, con un Cs que ha mutado a posturas más conservadoras y con un PP que sigue con una postura sumamente conservadora, deja sin opciones a todos aquellos que no sienten la necesidad de balancearse de forma clara a derecha o izquerda, a la nueva o vieja política, y no buscan más que votar a una opción que represente a la buena política.
De esto es de lo que se trata, de que los ciudadanos de a pié se sientan representados por una forma corriente de hacer política, que vean como aquello que es normal en la vida corriente es lo normal en la política. Que la institucionalización de Cs y Podemos ha dejado un sin fin de decepcionados.
Hacer buena o mala política, es una elección, y haciendo cada cual la guerra por su parte no se puede alcanzar la buena política, ya que no se es útil. Señoras y señores de la nueva nueva política, aparquen sus egos y sus rencillas personales. Ahora es el momento de dar la bienvenida a la buena política, tal vez esta sea la última oportunidad, y el ciudadano lo necesita.
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