Uno de los derechos fundamentales de una persona es precisamente el derecho a serlo. Esto,
que es de perogrullo, es para quienes forman parte del gobierno de este país o de los gobiernos
de “demasiados” municipios, una verdad universal que pueden eludir bajo el manto del
sentimiento patrio. Así justifican los discursos que desde hace “demasiado” tiempo venimos
escuchando y leyendo. Discursos que han conseguido sacar de sus sepulcros a las extremas
derechas que habitan la piel de toro.
Patria, lo español, así justifican las medidas de una Ley de Extranjería que provoca la muerte de
quienes buscan comida y seguridad, porque en sus países de origen las guerras y hambrunas no
les dejan otro camino. Buscar mejorar la vida que se vive, la propia y la ajena, es deber de todo
ser humano. Sin importar el país de origen, color de piel ni la religión que le ha sido regalada,
jamás serán “demasiados” el respeto y la dignidad con que tenemos la obligación de
relacionarnos como personas, como seres humanos. Lo que somos o deberíamos ser.
“Demasiados” años de bonanza desembocaron en mayorías que vieron de nuevo la posibilidad
de esquilmar España. “Ya no era suficiente” con cacerías, consejos de administración, contratos
pelotazo, lujo a cambio de favores políticos. Había que devolver al pueblo de este país de países
a la época acorde con la Lomce, 70 años atrás. Unas reformas laborales por aquí, una ley de la
dependencia que depende de quien haga el negocio, una ley de seguridad ciudadana apodada
Mordaza por allá, esa ley de memoria histórica que no hacen cumplir, ley contra la violencia de
género que violenta a las mujeres en lugar de protegerlas y defenderlas, recortes en
investigación, la broma de las políticas en energia renovable, prácticas de asfixia a la cultura, esa
amnistía fiscal, los regalitos de las Sicav y los mil y un rescates. Que caiga la sanidad pública
porque hace falta negocio.
“Demasiados” expertos creando cortinas de humo para tapar cientos de casos de corrupción.
Todo vale y vemos que “ya no es suficiente” con dejar caer a quien se deja pillar, hay que darle
una lección como en las mejores organizaciones mafiosas.
Y tras “demasiadas” acciones torpes de un gobierno que se creía todopoderoso, crecía otro que
decía “ya no es suficiente” y provocaba reacciones incontrolables dentro y fuera de sus y
nuestras fronteras, adornando un discurso de mercachifles con lazos amarillos. Y hasta hoy, con
un NO gobierno, como diría una amiga mía, por obra y gracia del Sr. Torra, algún que otro huído
de la justicia y el trio oh¡ lalá. Crece el ultranacionalismo al albur de quienes buscan mayorias
escondiendo políticas neoliberales extremas tras banderas, himnos y discursos incendiarios, y
que no son para todo un pueblo sino para aquellos y auqellas que practican el populismo y
patriotismo casposo y visceral convirtiéndose en verdaderos antisistema, con corbata y traje de
faralaes. Abocar a un pueblo al extremismo y la confrontación sin controlar los efectos puede
llevarnos a otro choque de trenes que impedirá el avance de nuestra democracia hacia la
madurez. Se declaran constitucionalistas aquellos y aquellas que olvidan cual fué el espíritu de la
carta magna: conciliar para prestar protección al pueblo de España propugnando los valores de
la Libertad, la Justicia, la Igualdad y el pluralismo político.
¿Y no les parece que ya es “demasiado” tiempo aguantando las mentiras y desdenes de esta
gentuza y que “ya no es suficiente” con que de vez en cuando nos intenten acallar con alguna
migaja de pan?. Que no nos la peguen otra vez¡ o ya no saldremos de esta.
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