Ayer se celebró el día Mundial del Medio Ambiente, las noticias corrían sobre al cuidado de nuestro entorno y nuestra naturaleza. Un solo día en el que demostramos nuestra solidaridad y apoyo a esta causa no salva a este bien tan preciado y tan poco valorado de las constantes agresiones que sufre, en concreto de los incendios. Pero sí que le transmitimos al mundo nuestra indignación.
El aumento de los incendios en la Comunitat Valenciana en los últimos años se ha convertido, sin duda, en uno de los problemas más graves que afecta a nuestro territorio, que afecta a nuestro medio ambiente.
Según datos de la Generalitat Valenciana, los incendios forestales declarados en este último año afectaron a un total de 6.700 hectáreas (Carcaixent, Artana, Sierra de Espadán, Moixent, Jávea y la montaña de la Granadella, entre otras). De ellos, el 46 por ciento fueron incendios intencionados, resultando un 70 por ciento de la superficie quemada y un 31 por ciento fue a causa de negligencias. Esto supone, sin duda, una de las mayores catástrofes medioambientales que puede suceder en un territorio. Siniestros devastadores que han afectado tanto a los terrenos forestales, con formaciones arbóreas, arbustivas y herbáceas, como a terrenos destinados a actividades agrícolas y ganaderas y otros destinados al turismo rural, ya que muchos de los municipios afectados viven, o al menos lo intentan, del turismo rural. Sin olvidarnos de la pérdida de fauna y flora autóctona.
El panorama después de un incendio es desolador, secuelas devastadoras con desaparición de la cobertura vegetal, desertificación del terreno, perturbación del ecosistema, aparición de plagas, empeoramiento para la germinación floral que bloquea la reforestación de la zona... Además de influir en el clima de la zona, con niveles higrométricos más bajos, también es preocupante los efectos que se produce sobre los animales, víctimas directas de estos incendios. Los pocos que sobreviven ven limitadas sus oportunidades por la falta de alimentos y de hábitat. Aunque esto no preocupa mucho a esa mano incendiaria, negligente y despreciadora, a mí sí. Sobre todo, ahora que vuelve el buen tiempo y el riesgo de incendio forestal está al acecho.
¿Y qué se puede hacer desde nuestra posición política? Una vez realizadas las faenas de extinción de incendios y evaluadas las pérdidas, las medidas preventivas no han sido eficaces. Es necesario realizar las faenas de reforestación, restaurar las zonas afectadas por los incendios. Estas medidas deberían abarcar, además de la regeneración de la masa forestal, aplicar medidas para evitar que la fauna autóctona abandone su hábitat. Además de recuperar la actividad económica de los pueblos que comprenden la zona afectada, ya que muchos de ellos tenían como ingresos el turismo que generaba la belleza de ese Parque Natural o bosques que lo envolvía.
Delante de este duro y cruel escenario, es necesario que las Administraciones pongan en marcha programas e impulsen medidas que permitan la recuperación real de las zonas que se han visto afectadas por los incendios. Además de que exista una coordinación en los planes de restauración, una solidaridad colectiva entre Administraciones sobre todo en aquellas zonas que por sus características geográficas, la reforestación se vea limitada.
Esta lucha contra el fuego ha de ser una prioridad de la Generalitat Valenciana. Y es con este motivo que desde Ciudadanos (Cs) he realizado una interpelación a la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, para ver cuáles han sido la medidas adoptadas por esta Conselleria para paliar la deforestación.
Actualmente, la Conselleria gestiona un total aproximadamente de 575 montes con una superficie de 430.800 hectáreas, lo que supone un tercio del territorio forestal valenciano. Es por ello que la Administración autonómica debe hacer un esfuerzo mayor y habilitar partidas presupuestarias más elevadas tanto en el cuidado forestal, como para la prevención, y si eso falla, que todas las primaveras-veranos falla -¡una lástima!-, tener dotación económica para la mejora de nuestro ecosistema, nuestro paisaje.