Juan Antonio Guillen.
Parece ser
que en breve y solucionados los problemas financieros de la Fundación
que gestiona su funcionamiento, se reabrirá el Horno Alto al
público. En Iniciativa Porteña nos alegramos de esta noticia, pero
queremos aprovechar que se inicia un nuevo período en este espacio
museístico para exigir que tal y como ocurre en numerosos museos
saguntinos la entrada sea gratuíta.
Hay que
recordar que cuando estaba abierto, la entrada al horno alto costaba
4 euros. Pero si uno visita el museo arqueológico saguntino recibirá
una entrada gratis total para visitar no solo el museo, sino también
el teatro y el castillo romano. Y lo mismo ocurre si visitamos la
Casa del Berenguers.
Esta
advertencia viene a colación porque según conversaciones con el
equipo de gobierno, su primera intención es abrir al público
cobrando la respectiva entrada. Pero manteniendo la gratuídad en
Sagunto (con un par…).
Poca gente entiende esta diferencia, por más que se argumente que
son administraciones distintas y bla bla bla, bla bla bla.
Ante
nuestra negativa a esta diferencia de trato, se nos ha invitado a
sentarnos a negociar. A negociar, qué? En cuanto a igualdad de
trato entre porteños y saguntinos nada hay que negociar. Si en
Sagunto no se cobra por entrar al museo, en el Puerto tampoco. No sé
si queda suficientemente claro.
Soluciones
jurídicas las hay. No nos vale con argumentar que la gestión
corresponde a una Fundación, cuando ha sido el Ayuntamiento, quien
ha asumido la deuda de esta institución para que pueda reabrir sus
puertas.
El Horno
Alto tendrá más o menos valor museístico que los espacios
saguntinos pero tiene una cosa que no tienen aquellos: su valor
emocional. Casi todo el mundo tiene noticia de algún antepasado
cercano, abuelo, tío, amigo, que ha dejado parte de su vida o su
vida entera en esas instalaciones. Se trata de la vida de nuestros
antepasados más cercanos. “Gracia” tendría la cosa si me
quieren cobrar por rendirles homenaje.
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