El fenómeno del 15 M ya nacía y crecía rápidamente sin orden, sin dirección y sin un proyecto claro de lo que se quería y de cómo conseguir lo que se quería ha acabado por parir lo que sólo podía haber parido: violencia indiscriminada.
Muy al estilo de cuando el abuelo Abraham Simpson , gritaba aquello de ''¡¡Sacrifiquémoslo a nuestro Dios!!'' y el pueblo de Springfield se lanzaba a la calle con antorchas siguiendo la consigna del que grita más, el Movimiento 15 M convocó a la ciudadanía apelando al legítimo mosqueo del personal.
¿De dónde surge este movimiento? No son pocas las pruebas que vinculan el movimiento, a su creador en Facebook , perteneciente a las juventudes del PSOE de Madrid, pero, ocultada esta realidad, queda como un movimiento espontáneo y apartidista que simplemente lleva el malestar de la gente por la situación del país, a la calle.
La falta de organización hacía que las propuestas se amontonaran y se colapsaran eclipsando el programa real , si es que lo había. El caos provocado por personas que por voluntad propia se autoproclamaran representantes del movimiento en cada una de las ciudades y organizaran su propia fiesta amenazaba la organización de la concentración a la que cada uno llevaba su particular reivindicación.
Una vez montado el festival ¿qué hacer?. Era como haber convocado a decenas de miles de personas a una fiesta con la promesa de pasarlo muy bien y de pronto descubrir que no había plan alguno de cómo pasarlo tan bien. Por eso empezaron a decir que de Sol no se moverían hasta que sus propuestas no fueran tomadas en consideración, algo que dista mucho de ser un procedimiento democrático ”real, ya”.
Se acercaban las municipales y los dirigentes políticos optaron por la huida hacia delante, sobre todo el PSOE e IU que intentaron hacerse con el movimiento para que los miles de “indignados” pasaran a ser indignados con el sistema que votan a los responsables de ese mosqueo. La jugada les salió mal, no, lo siguiente.
¿Cómo se conjuga que el creador de todo este tinglado sea , al parecer, de las juventudes del PSOE y esto acabe afectándole a su partido? Muy fácil, si el movimiento nace como apartidista lo que no puede decir el creador es que es MUY partidista. Del todo. Mucha gente, de buena fe, acudió para protestar por lo que es de cajón: vivimos en un país sin división real de poderes, donde el ejecutivo controla los otros dos y con él el partido que lo sustenta; con un gasto público que ha llevado a la ruina al país porque cada Comunidad Autónoma se ha transformado en un pequeño reino de taifa donde el presidente tiene su feudo.
Donde el sistema financiero es tremendamente abusivo e injusto y donde , los principales protagonistas de este estamento, los Bancos, han sido rescatados con el dinero de todos para que circulara crédito y lo han usado para tapar sus vergüenzas, mientras que el ciudadano, para pedir un préstamos de 1000 euros se le pide dos avalistas y si son sus padres, que digan si tienen separación de bienes o gananciales, cuando antes inflaban los préstamos para que la gente diera rienda suelta a su particular sueño orgiástico que luego ha pasado a ser desesperada pesadilla.
Un sistema donde, además, se ha inculcado el espíritu de reclamar derechos y no obligaciones y donde las leyes y el Estado de Derecho se usa por todos a beneficio de inventario.
Donde existe una clase política estancada, sin renovación y unos políticos donde encontramos desde los que arriesgan su negocio o su futuro como autónomo por formar parte de una lista electoral a un Ayuntamiento sin saber qué será de él dentro de cuatro años hasta los que se perpetúan en el cargo y perpetúan a sus familiares.
Donde tenemos un Gobierno de la nación dirigido por perfectos incompetentes, iletrados e ignorantes que llevan su incompetencia y su ignorancia a leyes que afectan a todos.
Esto es lo que reclamaban los acampados, esto y troglocientas mil propuestas más, sin sentido y sin forma. Melonadas como aumentar el gasto público para salir de la crisis, contra el patrón y a favor del obrero, bajar el gasto militar, o revisar los Concordatos sin ir más lejos.
Pero, una vez dicho esto, el movimiento 15 M no puede arrogarse la representatividad de los españoles porque sí, no puede imponer reformas por sensatas que sean y pedir a la vez democracia real, porque no hay nada más antidemocrático que imponer reformas sustanciales sin que los españoles puedan votar.
Este movimiento se cavó la tumba él solito cuando no tenía previsto el siguiente paso. Este callejón sin salida, le llevó a retirarse pero gritando ''volveremos''.
Retirados, a la inmensa mayoría de los ciudadanos quedaba la reflexión y la siguiente pregunta: ¿por qué no reclamar responsabilidades a quienes mandan? Zapatero lleva gobernando desde hace , prácticamente, ocho años pero estas protestas se han dirigido contra “todos”.
Pero no solo quedaba la reflexión. Un grupo que sigue llamándose” indignados”, dio un paso más de la resistencia pacífica o de la concentración reivindicatoria y ha pasado al grito, al improperio, al zarandeo, al acoso y a la violencia implícita y explícita. Al ataque cobarde de quien se siente protegido por la muchedumbre y envalentonado por la no actuación de quienes deben actuar.
La democracia no tiene atajos, la democracia supone la reflexión individual de lo que quiere escoger cada cual, sin intimidaciones y sin interferencias externas. La indignación generalizada y canalizada a través del tumulto no es la mejor expresión de democracia, más bien todo lo contrario.
Los despojos más radicales o la derivación radical de las concentraciones del 15 M no es un acontecimiento lejano y autónomo de las acampadas pre-electorales, por más que las diferentes organizaciones digan en sus webs que se desmarcan. Han encendido una hoguera en mitad del bosque, sin saber qué iban a cocinar ni el cómo y de pronto, algunos que acudieron a esa hoguera han encendido las suyas y las han hecho más grandes. Y ahora el bosque peligra, incluso con los animales que habitaban ahí.
Hay muchas razones para estar indignado, algunas ya las he dicho arriba, falta añadir los cinco millones de parados. Todas las protestas han diluido la responsabilidad de quien gobierna y la ha repartido a todos, lo que no deja de ser injusto.
El movimiento 15M es acéfalo lo que dificulta que las instituciones puedan ponerse en contacto con ellos y no representa salvo a los que acuden, ya que no han realizado ningún trámite para formarse como partido, asociación o recogida de firmas.
Así que nos encontramos con un movimiento que pretende hacer unas reformas, basadas en la democracia, pero que evita el trámite democrático. Un movimiento sin cabeza visible y desorganizado donde cada cual y en cada ciudad decide pro sí mismo autoproclamarse creador de ese movimiento en esa ciudad.
Y por último nos encontramos grupúsculos de ''indignados'' que, acogiéndose al amplio paraguas de esta denominación, ejercen violencia contra los representantes salidos de las urnas.
El sistema tiene herramientas, mejorables, pero herramientas a fin de cuentas, para que un grupo de la sociedad se presente al resto con un programa político y para que este sea refrendado en las urnas, todo lo demás es ilegal o por lo menos alegal. Existen motivos más que suficientes para estar indignado pero tan importante son estos motivos como los medios usados para demostrar este descontento y como contra quién dirigir este descontento.
José Luis Rodríguez Zapatero y el PSOE son los que crearon las leyes que politizaron la justicia, aprobaron ayudas a los bancos, son los que , por segunda vez en su historia , han llevado a la crisis y al paro a los españoles, pero pasan de perfil en las críticas porque ahora son todos los políticos malos.
No deja de ser , aunque sea de rebote, curiosa la maniobra para no dañar más al que gobierna y por lo tanto al responsable.
No obstante todo esto, los partidos políticos que acuden a las urnas harían bien en tomar buena nota de algunas de las reivindicaciones realizadas por este movimiento, no porque lo hayan dicho los indignados, sino porque son reformas que pertenecen a los pilares que entran en la definición de nuestro país como un Estado occidental y moderno.
Y después de esto, de todo esto, lo triste, al menos para mí es que la única que no aparece por estas protestas es España. Nadie se acuerda de ella, y eso me indigna.
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